BANGKOK. El asalto comenzó a media mañana, con una primera deflagración delante de un local de la cadena Starbucks, cerca de un puesto de policía, que dio inicio a un intenso tiroteo seguido por otra explosión.
El intercambio de disparos continuó en un cine situado en el centro comercial Sarinah, donde se atrincheraron varios atacantes hasta que fueron abatidos por la Policía horas más tarde.
Tres de los atacantes murieron en el tiroteo, mientras que los otros dos lo hicieron al detonar la bomba que llevaban en la motocicleta con la que se lanzaron contra el puesto de la policía, indicó el jefe policial, Tito Karnavian.
Karnavian explicó que en la acción murieron dos civiles, un indonesio y un canadiense, y así lo confirmó posteriormente el gobierno en un comunicado, mientras que se registraron veinte heridos, incluidos cinco agentes.
Desde Ginebra, la ONU informó de que un trabajador holandés del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que ofrece apoyo al Gobierno indonesio para combatir los incendios forestales, resultó “gravemente herido”.
Indonesia permanecía en alerta por riesgo de un posible ataque contra las autoridades y en lugares frecuentados por extranjeros.
Después de que durante toda la jornada las autoridades evitaran especular sobre la autoría del atentado, a última hora de la tarde Karnavian confirmó la responsabilidad del Estado Islámico por el ataque.
El agente explicó que la acción ha sido orquestada por Bahrun Naim, un indonesio detenido y encarcelado en varias ocasiones al que las autoridades del país asiático sitúan en Siria, donde estaría combatiendo con el EI.
A raíz del atentado, Singapur y Malasia elevaron el nivel de alerta por amenaza terrorista y reforzaron la seguridad en espacios públicos y en los puestos fronterizos para prevenir una posible infiltración de terroristas.
El país con más musulmanes del mundo, donde un 88% de de sus 250 millones de habitantes profesa esta religión, Indonesia sufrió entre 2000 y 2009 varios atentados perpetrados por Yemma Islamiya, considerado el brazo de Al Qaeda en el Sudeste Asiático.
El ataque de mayor envergadura ocurrió en 2002 en la isla de Bali, cuando la explosión coordinada de varias bombas en una discoteca de la turística localidad de Kuta causó 202 muertos, en su mayoría visitantes australianos.
El último atentado registrado en Yakarta ocurrió en 2009, cuando dos suicidas se inmolaron en los hoteles Marriot y Ritz-Carlton causando otros siete muertos y cincuenta heridos.