La manera más contundente de ver cuánto se extraña a Javier Hernández en Inglaterra y cuánto se valora lo que podría estar aportando en esta campaña, es que no pasa día sin que los medios británicos se refieran a un eventual regreso del tapatío a la Premier League.
Estas especulaciones, ya de por sí constantes ante la pobre temporada que está haciendo el Manchester United y contrastada su abundancia goleadora con la aridez en Old Trafford, han incrementado con el mercado de invierno abierto y la posibilidad de reforzarse latente.
Ahora se habla de Arsenal, Tottenham y, sobre todo, Liverpool, como posibles destinos del dos veces mundialista mexicano. En el último de estos casos, con la evidente polémica que supone la rivalidad red en relación con el United y los escasos futbolistas que en los últimos años han vestido ambas camisetas (el último en pasar directamente de uno a otro fue Phil Chisnall en 1964; Michael Owen actuó en los dos, pero con un intervalo de cinco años en otros cuadros).
El asunto es que si Hernández Balcázar desea dejar la Bundesliga, tiene a donde ir. El asunto es que si quiere retornar a la liga que le abrió las puertas de Europa en 2010, posee pretendientes. El asunto es que mientras que en México muchos han osado ningunearlo, en Reino Unido no paran de aquilatarlo y resaltarlo (algo poco común ante elementos que no son elegibles para las selecciones británicas, lo ven casi como propio).
Habituado a ser quien esperaba y aprovechaba los escasos minutos que se le dieran, hoy es dueño de la titularidad y como nunca antes se le necesita (incluso más que ese mágico primer año en el United o ese mes de gracia en el Madrid). Eso relajaría a la mayoría, mas no a Javier, a quien ha colmado de importante seguridad.
Con tal contexto, Chicharito debe de continuar en Alemania y con el Leverkusen. Si los rumores ingleses se mantienen, será resultado obvio de lo bien que está y de lo mucho que cautivó en su periplo por la mejor liga del planeta.
Inmenso cumplido, aunque no por ello dilema alguno.