Un día, se levantó, llevó a cabo sus actividades con normalidad y regresó a su casa. Lo único que cambió en su jornada es que para la hora de dormir, esta joven nayarita ya le debía al fisco mil 800 millones de pesos derivados del impago de impuestos por el comercio de alcohol y productos farmacéuticos, negocio que ella nunca inició. Fue víctima de robo de identidad, uno de los delitos con mayor crecimiento en México.
El robo de identidad ha crecido rápidamente en el país. Sólo por ejemplificar: mientras que en todo el año 2011 la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recibió cuatro mil 500 reportes de robo de identidad, en el primer semestre de 2015, esta cifra llegó a 28 mil 258, lo que representa un crecimiento de 519% en cinco años.
La historia comenzó en 2006, cuando una banda, que aún no ha sido identificada por las autoridades, falsificó la credencial de elector de esta joven -cuya identidad no fue revelada por la Procuraduría en Defensa del Consumidor, (Prodecon). El documento era idéntico: domicilio, fecha de nacimiento, número de identificación, sólo cambiaron la fotografía y la firma de la propietaria.
Con esta información, fue dada de alta ante el Registro Federal de Contribuyentes como comerciante al por mayor con un domicilio fiscal que ella desconoce. En su negocio ficticio, era una empresaria que se dedicaba al comercio de productos farmacéuticos, destilación y venta de grandes volúmenes de alcohol etílico (etanol).
Así, los integrantes de esta banda aperturaron una cuenta de cheques a su nombre y empezaron a depositarle grandes cantidades de dinero, situación que llamó la atención del Servicio de Administración Tributaria (SAT) pues sólo en 2009 su cuenta llegó a tener 800 millones de pesos, “probablemente vinculados con lavado de dinero y delincuencia organizada”, según Prodecon.
Sus presuntas actividades comerciales, la venta de alcohol etílico, comenzaron a generar impuestos. En 2010 cuando finalmente canceló su cuenta de cheques, la joven nayarita, cuyo caso detalló Prodecon en un comunicado de prensa, ya tenía un adeudo de mil 800 millones de pesos con el SAT por Impuesto sobre la Renta, Impuesto al Valor Agregado e Impuesto Especial sobre Productos y Servicios.
El SAT había enviado sus notificaciones al domicilio fiscal proporcionado por la banda de falsificadores pero, al ser totalmente ajeno para la mujer, ésta nunca las recibió.
Según datos del Banco de México, nuestro país ocupa el octavo lugar a nivel mundial en el delito de robo de identidad. En 67% de los casos, el robo de identidad se da por la pérdida de documentos, 63% por el robo de carteras y portafolios, y 53% por información tomada directamente de una tarjeta bancaria.
Después de seis años de haber cerrado su cuenta de cheques, al percatarse de los depósitos que se le estaban realizando, “la joven ya cuenta con una sentencia definitiva de un tribunal competente en donde se reconoce la falsificación de la credencial de elector”, señala el boletín.
Para llegar a ello, en el juicio en su contra, la víctima requirió la presentación de un informe del anterior Instituto Federal Electoral, además un reporte del banco en el cual detalla que la cuenta de cheques no le correspondía a la joven.
¿Qué es la identidad?
Nombre, teléfono, domicilio, fotografías, huellas dactilares, números de licencia y seguridad social, números de tarjeta de crédito y cuentas bancarias, nombres de usuario y contraseñas.
¿Cómo protegerse del robo de identidad?
- Evitar ingresar nombre de usuario y contraseña a páginas web desconocidas
- Revisar los certificados de seguridad de páginas web
- Denunciar el extravío de documentos personales
- Evitar dar datos personales por teléfono