COCOYOC. La Secretaría de Salud informó sobre el riesgo de que embarazadas pudieran contagiarse con el virus del Zika, pues sus bebés podrían nacer con microencefalia.

 

De noviembre de 2015 al 8 de enero de 2016 se han confirmado 15 casos de Zika en México, y aunque ese padecimiento es de baja gravedad, pueden presentarse complicaciones principalmente en las gestantes.

 

Al igual que el dengue y el chikungunya, este mal es transmitido por el mismo vector, que es el mosquito Aedes aegypti, recordó en esta localidad de Morelos el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, de la Secretaría de Salud, Pablo Kuri Morales.

 

Indicó que se han emitido avisos preventivos para que el personal de salud y la población estén atentos a los síntomas de esta enfermedad, sin que hasta el momento haya una alerta debido al bajo número de casos que se han registrado, en Nuevo León, Querétaro, Chiapas y Jalisco.

 

En conferencia de prensa refirió que en Brasil se ha reportado una asociación entre la microencefalia y el Zika en mujeres embarazadas, la cual es una enfermedad neurológica en la que la circunferencia de la cabeza es menor a la medida estándar para un bebé.

 

«Estamos actuando a tiempo y vamos a presentar una campaña en medios orientada a la población en riesgo. Hoy el riesgo es bajísimo pero queremos empezar a informar a la sociedad«, expuso.

 

Aunque el Zika es peligroso durante los primeros seis meses de embarazo, la recomendación prenatal es durante los nueve meses de gestación.

 

Asimismo, se le asocia con la parálisis flácida (síndrome Guillian Barré), que también es una enfermedad neurológica que puede dejar secuelas como la insensibilidad o parálisis progresiva de algún músculo.

 

Pablo Kuri confirmó que en México no se han reportado casos de microencefalia, pero se están tomando medidas preventivas oportunamente y por ello en las próximas semanas se lanzará una campaña en la que se exhorta a las embarazadas a reforzar los cuidados prenatales.

 

Destacó que en este año se tiene un presupuesto de 800 millones de pesos para acciones de prevención y atención de enfermedades transmitidas por vector como dengue, chikungunya y Zika.

 

Ante directores y subsecretarios de Salud de los estados de la República, el funcionario descartó que el Zika llegue al Distrito Federal y Tlaxcala, debido a la altura geográfica de estas entidades.

 

Sobre la alerta emitida en Estados Unidos para que se evite viajar a los países con presencia de Zika, entre ellos México, consideró que es una reacción exagerada, y se espera haya una reconsideración en los próximos días.

 

Las recomendaciones son lavar, tapar y voltear recipientes donde se acumule agua porque se convierten en criaderos del mosco, usar ropa de manga larga y pantalón largo, mantener puertas y ventanas cerradas y colocar mosquiteros.

 

Los síntomas de la enfermedad son fiebre, dolor de cabeza y muscular, salpullido, comezón, conjuntivitis y escalofríos.

 

Se prevé un repunte de casos en la temporada de calor, pues el mosquito necesita temperaturas mayores a los 10 grados centígrados por la noche durante dos semanas consecutivas para reproducirse.

 

Este virus puede afectar a personas de entre cinco y 60 años. En México no se han reportado casos en niños y de los confirmados 60 por ciento son mujeres y 40 por ciento hombres.

 

El tratamiento es sólo para la sintomatología, pues no existen antivirales para Zika, dengue y chikungunya, por lo que también se recomienda no automedicarse para evitar complicar la enfermedad.

 

En Brasil, la presencia de proteínas virales en células de la placenta apunta a que la infección en embarazadas sea la causa de varios casos de microcefalia, reveló ayer Claudia Nunes, especialista en Virología del Instituto Carlos Chagas, del país sudamericano.

 

Al dar a conocer un estudio sobre este tema, advirtió que se estima que el virus pudo utilizar la capacidad migratoria de estas células para alcanzar los vasos fetales.

 

Al respecto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomendó a sus países miembros monitorear y notificar cualquier aumento de síndromes neurológicos y anomalías congénitas, ante la evidencia de que podrían estar vinculados a las infecciones por el Zika.