En las primeras semanas de 2016, la volatilidad en los mercados financieros internacionales se incrementó de tal manera que algunos especialistas del sector expresaron temores en torno a una nueva crisis como la de 2008-2009, sin embargo, otros economistas aseguran que no será el caso de México.
En lo que va del año la depreciación del peso alcanzó 8.2% y la mezcla mexicana perdió 30% de su valor, pero sus efectos sobre la economía se mantienen “limitados”, pues el mercado interno se mantendrá como el motor principal, explican.
Para declarar una crisis, el Producto Interno Bruto (PIB) debe disminuir tres trimestres consecutivos respecto al año anterior, por lo que las expectativas de crecimiento descartan la posibilidad de que esto ocurra durante 2016, explicó Jorge Gordillo, director de Análisis Económico de CI Banco.
Mientras tanto, una desaceleración económica ocurre cuando el crecimiento se mantiene, pero es más lento. “Si una economía crecía a 10%, pero ahora crece 5%, sigue creciendo pero a una velocidad menor”, situación que tampoco ocurriría, pues en 2015 el PIB creció cerca de 2.4%, mientras que se espera que este año suba hasta 2.6%, precisó Alexis Milo, economista en Jefe del Deutsche Bank.