LOS ÁNGELES. El mexicano Carlos Martínez imparte desde hace cinco años clases de futbol a un equipo de niños y adolescentes de bajos recursos de Los Ángeles (EU) para alejarlos de la violencia y el crimen de las pandillas.
El programa “City Soccer in the Community” se lleva a cabo en el Boys & Girls Club del Este de Los Ángeles y forma parte de una iniciativa impulsada por el club inglés Manchester City en distintas ciudades del país con el fin de acercar este deporte a las poblaciones más vulnerables.
“Nos estamos enfocando en un grupo pequeño, pero que aprenda bien la disciplina”, aseguró en entrevista con Efe el entrenador, que trabaja con grupos de 15 jóvenes cuyas edades oscilan entre los 4 y los 21 años.
Los estudiantes, en su mayoría latinos, proceden del Este de Los Ángeles, Bell, Maywood y comunidades cercanas donde existe una acusada falta de oportunidades.
El Departamento de Justicia, a través de su oficina de Justicia Juvenil y Prevención de la Delincuencia, inició en 2003 una iniciativa para reducir el crimen y la violencia en las calles asociada con la actividad de jóvenes pandilleros.
El programa se centró en las ciudades del país con una situación más crítica, entre ellas, el Este de Los Ángeles y Boyle Heights. La participación de los niños en actividades extraescolares y recreativas son parte de la iniciativa.
Explicó Martínez que, en los dos últimos años, ha intensificado las sesiones de entrenamiento para crear una cantera de pequeños “Chicharitos” y, aseguró, el resultado no ha tardado en llegar.
A sus 9 años, Zen Franco es la gran esperanza de su entrenador y de su madre, Claudia. Pese a su corta edad, el pequeño ha demostrado gran destreza con el balón.
“Si se practica, creo que uno puede llegar a ser un profesional y tal vez mejor que el Chicharito”, dijo a Efe el pequeño.
Pero, además de su habilidad deportiva, Franco es consciente de la importancia de los estudios, y por eso, indicó, sueña con algún día estudiar medicina en Harvard, la Universidad de California en Los Ángeles o la Universidad del Sur de California.
“Siento gran pasión por (el futbol), pero no se trata solo de futbol. También me tengo que concentrar en la escuela para llegar a la universidad”, matizó el menor.
Franco trabaja también bajo la supervisión de Rubén Vera, un joven entrenador de 22 años que se curtió como futbolista sobre este campo de hierba artificial del Este de Los Ángeles.
Para el entrenador de origen jalisciense, Franco reúne las aptitudes requeridas para un día colocar su nombre entre los grandes jugadores de la selección mexicana de fútbol.
“Se puede ver la diferencia de Zen a todo el grupo que tengo. Está muy avanzado, y yo creo que tiene mucho potencial y puede hacer mucho en la vida”, concluyó Vera.