(Extracto)
Aprovecho para hacer referencia al artículo de Fausto Pretelin Muñoz de Cote titulado “Y el ganador del Águila Azteca es… ¿perdón?” publicado el pasado 21 de enero de 2016.
En el artículo él menciona “Cuando el gobierno de Marcelo Ebrard tuvo la ocurrencia de recibir 10 millones de dólares a cambio de colocar la estatua del dictador Heydar Aliyev” “La estatua del genocida de Azerbaiyán fue desterrada y almacenada en una bodega de Azcapotzalco”.
Cuando Heydar Aliyev fue electo a la presidencia el 3 de octubre de 1993, el 100% de los territorios ilegalmente ocupados estaban bajo absoluto control de las fuerzas armadas de la República de Armenia. Fue durante esta guerra que los civiles azerbaiyanos fueron brutalmente exterminados. Es por eso que la acusación de Heydar Aliyev como genocida es errónea.
Atentamente
Ilgar Mukhtarov
Embajador de la República de Azerbaiyán
Respuesta del columnista
(Extracto)
Por limitaciones de extensión me limitaré a mencionar un ejemplo:
El escritor azerí Akram Ailisli fue castigado por el actual mandatario de Azerbayán porque en su novela Sueños de piedra narra la matanza de Bakú, Azerbayán, perpetrada en contra de armenios la noche del 19 de enero de 1990, y apoyada por Heydar Aliyev con el objetivo de desprestigiar a Mijail Gorbachov con quien mantuvo muy mala relación. Gorbachov hizo renunciar a Heydar Aliyev de la vicepresidencia del Consejo de Ministros de la URSS por problemas de corrupción. Lo que ocurrió entre la noche del 19 y madrugada del 20 se le conoce como “sábado negro”.
La represión y la violación a los derechos humanos jamás serán reconocidos por los gobiernos que los cometieron.
Fausto Pretelin Muñoz de Cote