PARÍS. La ministra francesa de Justicia, Christiane Taubira, la voz más progresista y rebelde del Ejecutivo socialista, dimitió por sus discrepancias con la política antiterrorista del presidente, François Hollande, que prevé retirar la nacionalidad a los condenados por terrorismo.
El proyecto fue lanzado por el presidente Hollande tras los atentados yihadistas que el pasado 13 de noviembre mataron en París y en la periférica Saint Denis a 130 personas e hirieron a otras 350, pero Taubira no la veía eficaz en la lucha antiterrorista, y así lo había expuesto públicamente.
En una comparecencia ante la prensa, admitió que se marcha por un “desacuerdo político importante” y advirtió de que aunque “el peligro terrorista que amenaza (al país) es grave”, no se le debe “conceder ninguna victoria, ni militar, ni diplomática, ni política, ni simbólica”.
La noticia coincidió con la del Consejo de Estado, máxima instancia administrativa de Francia, que decidió mantener el estado de emergencia decretado en el país tras los atentados del 13 de noviembre, y rechazó la solicitud presentada por la Liga de Derechos Humanos (LDH) para suspenderlo.
El organismo detalló en un comunicado que el “peligro inminente” que condujo a su instauración no ha desaparecido y que, aunque de menor gravedad que los ataques registrados el pasado noviembre, se han dado desde entonces otros atentados “tanto en el extranjero como en el territorio nacional”.