El miércoles la FED decidió mantener sin cambio su tasa de interés en un rango de 0.25% a 0.50% ante un claro proceso de desaceleración de su economía, que ha afectado el ritmo del PIB al cuatro trimestre 2015 y que se conoce este día. El consumo y la inversión han mostrado un menor dinamismo, con un nivel de inventarios que restaría al crecimiento y la contribución de las exportaciones netas que fue negativa.
En su economía, algunos sectores como el exportador, el energético y el manufacturero han mostrado una afectación tanto por la fortaleza del dólar que reduce la demanda mundial como por la caída en los precios de las materias primas, que han reducido los ingresos, generando rentabilidades nulas o negativas, a pesar de los esfuerzos de reducción de gastos de las empresas.
Ya hay resultados de las empresas americanas al cuarto trimestre de 2015. En general, se espera en promedio que las ganancias sean negativas entre 4 y 5% en comparación con el mismo período de 2014. El sector de consumo discrecional seguirá siendo defensivo; mientras que el financiero, de cuidado de la salud y muy probablemente el de telecomunicaciones, registrarán crecimientos en utilidades; por su parte, energía y materiales destacarán con datos negativos.
Por ello los mercados accionarios Dow Jones, Standard & Poors 500 y el mismo Nasdaq de tecnología han incrementado su volatilidad. Las valuaciones de las empresas empiezan a ser cuestionadas entre inversionistas. Si las condiciones de la economía mundial y la americana no mejoran “pronto” se pone en riesgo el crecimiento en utilidades futuras.
Ahora, la Fed reconoce los riesgos globales que pueden incidir negativamente en su desempeño económico y alejar a la inflación de su objetivo de 2.0%, un menor ritmo en la creación de empleos en este inicio de 2016 y, por lo tanto, “no habrá velocidad de alza para normalizar las tasas de interés”, al menos en este primer semestre, con lo que las tasas de interés serán quizá las que tiendan a “seguir más estables”, lo que sería un marco de referencia de inversión para fondos.
Es muy probable que el dólar ceda frente a la mayoría de las divisas de economías desarrolladas y emergentes, ante una probable estabilidad en el mercado de las materias primas. No obstante, si los bancos centrales como el BCE, el de Japón y el de China siguen estimulando a sus economías, el movimiento será “más gradual” y por momentos.
Con todo este escenario, tanto la economía como las empresas americanas mostrarán volatilidad, pero es muy probable que los siguientes meses veamos condiciones de rendimientos diferentes de lo que fue enero, el peor de muchos años.
La próxima semana vienen datos que seguirán sumando condiciones en la desaceleración de la economía de EU como los del sector de manufactura y de servicios, veremos información de la balanza comercial que deberá incluir el status que viven China, Japón y países emergentes. Así mismo, la cifra de empleo de Estados Unidos a enero, que podría situarse muy por debajo de 217 mil plazas generadas en promedio en 2015.
Para México es probable que el peso mexicano tienda a recuperar terreno, pero enfrentará retos ante la desaceleración de la economía nacional y sólo tendrá el motor del consumo interno en donde empresas y gobierno deberán de seguir buscando cómo estimularla.