La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) presentó denuncias penales contra la empresa Bi&Di Real Estate de México por su responsabilidad ambiental en el desmonte y relleno que realizó sin permisos en nueve hectáreas de Tajamar; además, emplazó al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) para que reubique a cinco cocodrilos que siguen en el manglar; aun así, la dependencia aseguró que pese a estas dos acciones, en el Malecón Tajamar no hay evidencia de un ecocidio o devastación ambiental.
En el caso de la denuncia penal contra Bi&Di, el procurador ambiental, Guillermo Haro Bélchez, explicó que, a partir de una serie de inspecciones que realizaron entre el 29 de julio y 5 de agosto del año pasado, se encontró que la constructora taló sin permiso nueve hectáreas de manglares.
Por este motivo, el 16 de diciembre de 2015 y el 15 de enero de 2016, Profepa interpuso denuncias penales ante la Procuraduría General de la República, mismas que siguen en etapa de investigación, añadió el procurador.
Respecto al emplazamiento a Fonatur, indicó que durante la inspección en el manglar del 26 de enero, personal de la dependencia encontró a cinco cocodrilos viviendo ahí, por lo que el Fondo está en incumplimiento del programa de rescate de vida silvestre, el cual deberá de resolver en 10 días pues de lo contrario recibirá una multa.
“Del recorrido que hicimos se ve que el programa de flora y fauna no concluyó y que habrá que tomar, como las tomaremos, medidas para rescatar del polígono a cinco cocodrilos, de éstos dos crías, que son lo único que permanece por rescatar con vida de este polígono” aseguró Haro.
Extensión de permisos
En la conferencia de prensa, el titular de Profepa añadió que los permisos para la construcción del desarrollo habitacional en Tajamar vencen el 7 de febrero próximo, por lo que si Fonatur y las empresas que lo impulsan quieren seguir con él, deben de pedir la extensión de permisos a Semarnat, cumpliendo con la normatividad vigente.
Y es que Haro Bélchez mencionó la polémica surgida después de la deforestación de 20 hectáreas del Tajamar, donde grupos ambientalistas denunciaron un daño ecológico al lugar, lo cual es negado por las autoridades.
Los argumentos que presentó el titular de Profepa fueron: los permisos para el desarrollo habitacional fueron dados en 2005 conforme a la normatividad vigente de la época; originalmente el polígono era de 58.7 hectáreas, pero en 2008 se amplió a 74.2, lo que representa menos de 1% de los manglares de Quintana Roo; además, el terreno no forma parte del área de protección de flora y fauna Manglares de Nichupté; y los trabajos están apegados a los permisos.
Sobre las denuncias de animales muertos en las obras, Haro Bélchez aseguró que revisaron cada una de las 112 que les llegaron desde el 16 de enero, de las cuales en ninguna se encontró evidencia en la inspección realizada el 26 de enero.
Datos
5 cocodrilos siguen viviendo en lo que era el manglar
9 hectareas del manglar fueron taladas sin permiso