JOHANESBURGO. El fenómeno de El Niño ha provocado en Sudáfrica la sequía más severa que ha vivido este país en más de un siglo. Y para contrarrestar sus devastadores efectos se implementa la Operación Hidratar, una campaña de movilización ciudadana que suma esfuerzos para paliar la sed en las zonas más afectadas.
“La gente está desesperada. Las presas están vacías y ni siquiera sale agua de los grifos”, cuenta Mohammed Modan, uno de los tres impulsores de esta iniciativa que, en sus tres semanas de vida, ha conseguido hacer llegar a los damnificados más de tres millones de litros de agua.
“En algunos lugares no ha llovido durante más de un año”, explica Modan, cerebro de la Operación Hidratar.
El proyecto cuenta ya con más de 700 voluntarios y se ha extendido a todo Johannesburgo, donde se han abierto varios puntos de recogida de agua, y a otras ciudades de toda la geografía sudafricana.
En regiones como el Free State o la provincia del Noroeste, la sequía se ha prolongado durante todo el verano austral -la estación normalmente lluviosa- que ahora termina, y se extenderá al menos durante toda la estación seca.
Además de disparar el precio de alimentos como el maíz, producto básico en la dieta sudafricana, la sequía ha provocado la muerte de ganado por sed.
Fueron hechos como éste los que llevaron a Modan y otros dos amigos a comprar un camión de agua para enviarlo a una de las áreas más golpeadas por los efectos de El Niño. “Empezamos a hacer correr la voz entre nuestro círculo de amigos, y ofrecimos a todo el mundo a través de Facebook a sumarse a la iniciativa y contribuir con agua o dinero para comprar agua”, cuenta en el punto central de distribución en Johannesburgo.
Modan y el resto de voluntarios compran el agua ya embotellada de empresas que se dedican a ello. El precio de un solo camión de agua es de 73 mil rands, equivalentes a más de 4mil euros, incluyendo el coste de la gasolina y el trayecto hasta el lugar de destino.
Sin embargo, esta cantidad resulta a menudo mucho menor gracias al apoyo de numerosas empresas privadas, que ceden gratuitamente sus vehículos y sus conductores para poder hacer la entrega a mejor precio y poder comprar más agua.
Cada camión transporta más de seis mil botellas de 5 litros cada una. Esta semana saldrán de Johannesburgo otros 15 camiones cargados de agua en dirección a distintos puntos del país.
El entusiasmo por la iniciativa ha llegado a los ciudadanos, que compran agua embotellada o llenan botellas vacías y las entregan en los puntos de recogida. “Solo destinamos botellas selladas para el destino humano. Las demás van a las granjas, para consumo animal”, afirma Modan, que hace hincapié en la necesidad de garantizar la higiene para evitar brotes de cólera u otras enfermedades.
La formidable respuesta ciudadana viene también de las escuelas. Varios colegios de Johannesburgo se han retado a competir para ver quién consigue reunir más litros de agua donados por los alumnos.
“Si trabajamos unidos por una causa conseguiremos grandes cosas. Es un ejemplo de que podemos cuidar unos de otros con muy buenos resultados”, dice Modan, musulmán de origen indio, mientras espera a que llegue a descargar al centro de distribución uno de los camiones que saldrá hoy hacia el Free State.