NUEVA YORK.  Catorce años después del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, la nueva estación de transportes de la Zona Cero que está a punto de abrir sus puertas quiere simbolizar el “renacer completo” de la ciudad tras el ataque.

 

“No es solo una estación de metro, sino un destino y lugar de encuentro”, afirmó a Efe el director de construcción del World Trade Center (WTC), Steve Plate, durante una visita guiada por el interior de la estación, que entrará en pleno funcionamiento en marzo.

 

El intercambiador de transportes (HUB), diseñado por el arquitecto e ingeniero español Santiago Calatrava, conectará hasta once líneas de metro distintas, además de la línea de tren que enlaza a Nueva York con Nueva Jersey.

 

El aspecto más llamativo del proyecto del arquitecto español es el “Oculus”, estructura hecha de blancas vigas de acero que se elevan desde el edificio hacia el cielo creando una forma que se asemeja a las alas de un ave blanca.

 

“La estación representa un pájaro a punto de emprender el vuelo”, dijo Plate.

 

 

Steve Plate cree que el intercambiador de transportes no solo pretende acoger a los viajeros de metro que viajen a la zona financiera al sur de la isla de Manhattan, sino representar un “lugar especial” que los neoyorquinos “lleven en sus corazones”.

 

El recinto, muy luminoso y con amplios espacios y pasarelas en distintos niveles, albergará las estaciones de transporte público y, además, también incluirá una zona de ocio y financiera con restaurantes, comercios y oficinas.

 

“Este es un lugar donde han pasado muchas cosas especiales, aquí es donde suceden los eventos, por eso siguen visitando la zona miles de personas a diario y millones de turistas”, agregó.

 

La colosal infraestructura prevé entrar en funcionamiento a partir de la primera semana de marzo, fecha que coincide con las pautas marcadas por los promotores del proyecto.

 

Según la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, el intercambiador de transportes del WTC será utilizado por más de 250 mil pasajeros cada día y visitado por millones de turistas al año.

 

De hecho, el proyecto de Santiago Calatrava será “un motor económico para la zona sur de Nueva York”, según un informe elaborado por el centro de estudios de políticas de transporte de la Universidad de Nueva York.

 

“Hemos cumplido los plazos y nos hemos ajustado mucho al presupuesto que teníamos marcado, así que estamos orgullosos de lo que hemos logrado”, defendió Plate.

 

Y justificó así los casi cuatro mil  millones que costó el proyecto de Calatrava: “Estamos construyendo algo más que una estación de tren”.

 

“Este proyecto ha sido tan difícil y complicado que me atrevo a decir que es la construcción de ingeniería más compleja de la historia humana”, afirmó el director de construcción.

 

El proyecto de Calatrava, que se convertirá en un referente para los ciudadanos de Nueva York y un fuerte polo de atracción turística junto al museo dedicado a las víctimas del 11 de septiembre de 2001, tuvo en cuenta hasta el último detalle que recuerda el porqué de su construcción.

 

El edificio está posicionado de tal forma que cada 11 de septiembre a las 10:28 de la mañana, momento en que cayó la segunda torre, la estación capture la luz del sol e ilumine el espacio “de forma especial”, explicó el director de obras.

 

“Es una forma simbólica, educada y suave de recordar a los ciudadanos por qué están paseando por esta estación”, recalcó.