Helen Downie, ama de casa londinense en la cincuentena, no había cogido un pincel desde la infancia, hasta que un diagnóstico de cáncer la hizo convertirse en Unskilled Worker, una sensación de Instagram que ha conquistado con sus pinturas a celebridades de la moda como Alessandro Michele y Nick Knight.
Cuando Helen Downie se unió a Instagram, hace casi tres años, alentada por un amigo de su hijo, “aspiraba a tener 275 seguidores”. Ahora, sus particulares retratos de trazo grueso, con la moda como referencia, le han granjeado más de 208,000 fans.
En el camino, ha ejercido de artista residente en SHOWstudio, la prestigiosa galería del fotógrafo Nick Knight, y ha plasmado en sus lienzos el desfile de otoño/invierno 2015 de Gucci, en el despacho de cuyo director creativo, Alessandro Michele, cuelga ahora su obra.
“Empecé a pintar hace unos años porque sentía que el tiempo se estaba acabando; supongo que tener un diagnóstico de cáncer hace la vida un poco más urgente“, explica a Efe Estilo la pintora, que retomó sus pinturas al recordar que, cuando era niña, quería ser una artista.
“Al principio pensé que iba a pintar solo durante seis semanas, pero me obsesioné y necesitaba dibujar todos los días”, cuenta Downie, quién se decidió por el sobrenombre de Unskilled Worker (trabajadora no cualificada) porque es autodidacta y usa materiales “de manera impropia”.
Caos de color
Las reglas no van con ella: “Trabajo en el caos, machacando tizas, con lápices, carbón vegetal y tinta. Mi trabajo está cambiando todo el tiempo, no tengo realmente una fórmula, parece que tiene una vida propia”, explica.
Además de servir de nombre artístico, su “alias” le permitía mantener el anonimato, al menos hasta que Gucci la “descubrió” e hizo imposible la tarea de mantener oculta su identidad ante la prensa.
La admiración que el diseñador de Gucci profesa por la artista es mutua: “Alessandro crea magia, para mi pintarlo es un sueño, y que le gusten mis dibujos es fantástico”, afirma.
Unskilled Worker retrata a modelos de pasarela, a sus amistades, e incluso a la antigua realeza británica, como la familia de los Tudor, por los que siente una especial predilección.
Primero, la persona
Aunque ha pintado para Gucci y también ha ilustrado los diseños más significativos de Alexander McQuenn en un proyecto colaborativo -coincidiendo con la exposición “Savage Beauty”, en el museo Victoria & Albert de Londres- aparta sus obras de la categoría de “ilustraciones de moda” para clasificarlas, simplemente, como retratos.
En todos las pinturas, la indumentaria juega un papel protagonista que no eclipsa, sino que resalta, la identidad del retratado.
“Adoro la moda pero solo porque la gente la lleva puesta, ellos están antes que las prendas, explica Downie, quién describe sus obras como “ingenuas y aniñadas”, aunque reconoce que a veces toman unos matices algo oscuros, dependiendo de su “humor”.
Vida entre pinturas
La mujer que se encuentra tras Unskilled Worker tenía una vida muy diferente hace tres años. Desde entonces, ha conocido “a un montón de gente impresionante” y si no está pintando, está “pensando en pintar”.
“Ecomo volver a ser un niño otra vez. Es lo que siempre he querido, pero de alguna manera lo olvidé en el camino, aunque tan pronto como comencé a pintar recordé el sentimiento ¡no hay nada mejor!”, afirma la artista, que mantiene viva su niña interior y guarda los libros de su infancia en su estudio, para repasar los recuerdos de las primeras imágenes que vio.
Downie afirma desconocer el ingrediente del éxito, pero la gente le transmite que se reconoce en sus pinturas, donde ven reflejadas sus emociones.
Más allá de Instagram
Encuentra inspiración en la fotografía -le gusta especialmente el el trabajo de Nan Goldin y Chris Floys-, además de en la red social que le ha dado la fama, Instagram: “¡Hay tantas imágenes!”.
Actualmente se encuentra trabajando en una serie de pinturas sobre la cantante islandesa Björk para un proyecto dirigido por Nick Knight y acaba de completar tres obras para el libro “The Night Before BAFTA”, de Carles Finch.
Además, las colaboraciones y encargos privados no paran de llegar, pero las aspiraciones de la artista de Instagram no van más allá de pasar la tarde rodeada del colorido caos que conforman sus tizas, sus pinturas y sus carboncillos: “Mientras pueda pintar todos los días, soy feliz”, zanja.