Venezuela está en máxima ebullición y la situación económica, política y social se tensa cada día al grado de que se corre el peligro de que, como dice el refrán, el hilo se reviente por lo más delgado. El gobierno, en su desesperación, ha decidido acorralar a una oposición dispuesta a apostar hasta la vida para poner fin a 15 años de chavismo que para muchos sólo ha traído sólo escasez, crisis social y autoritarismo.

 

Con la inflación más alta del mundo -141%, admitida por el gobierno en septiembre pasado, después de un año sin dar cifras oficiales, aunque expertos creen que en realidad rondaría el 400%-, kilométricas filas en los supermercados (donde cada persona pasa al día al menos 6 horas, según encuestas), en los que no se encuentra ni siquiera lo básico como papel de baño, jabón, leche y harina para hacer las tradicionales arepas, azúcar o aceite de cocina, para ya no hablar de carne de pollo, res o cerdo, Venezuela está al borde de la desesperación.

 

Los comicios del 6 de diciembre en los que la oposición se adjudicó la mayoría en el Congreso representaron un parteaguas y generaron la ilusión de que es posible un cambio.

 

Sin embargo, este sentimiento a ratos se desvanece ante un gobierno dispuesto a mantener el “statu quo” a como dé lugar. Para ello, entre otras cosas, las autoridades han intensificado su hostigamiento contra figuras notorias de la disidencia política como Lilian Tintori, la esposa del encarcelado líder opositor Leopoldo López, que en su más reciente visita a prisión fue objeto de tratos degradantes.

 

“Desde que ganamos, el régimen ha arreciado con sus ataques, se siente perdido y en lugar de escuchar el grito desesperado de los venezolanos que pidieron un cambio y dijeron ‘basta ya’ a los atropellos que se cometen a diario, continúan atacando”, refiere Lilian Tintori a 24 HORAS en entrevista.

 

El incidente en la cárcel de Ramo Verde, en el cual Tintori, según sus propias palabras, fue objeto de una “requisa humillante” al ser obligada a desnudarse por los guardias, que le exigieron abrir las piernas, al igual que a su suegra Antonieta Mendoza, de casi 70 años, ésta última con el agravante de que lo debió hacer en presencia de sus nietos, no es sino el último capítulo de una larga cadena de ultrajes e intimidaciones de un gobierno que se encuentra en un callejón sin salida.

 

“Es la continuidad de un régimen que ataca, persigue y viola sistemáticamente los derechos humanos. No les bastó con condenar a Leopoldo con casi 14 años por pensar distinto, sino que también atacan a sus familiares”, afirma.

 

López es acusado de instigación pública, daños a la propiedad, incendio y asociación para delinquir, como represalia por encabezar las protestas antigubernamentales de Caracas del 12 de febrero de 2014, en las que murieron 3 personas y hubo decenas de heridos.

 

Lilian Tintori emerge como uno de los rostros visibles de la oposición y ha tomado el lugar de su esposo al frente de las demostraciones contra el presidente Nicolás Maduro, luego que aquél se entregó el 18 de febrero de ese año.

 

La valerosa mujer señala que lo sucedido a ella y a su suegra durante una visita a Leopoldo López en la sórdida prisión militar de Ramo Verde, que aloja a varios opositores políticos del régimen, es algo que “viven a diario las esposas, madres, hijas y hermanas cuando van a visitar a sus familiares en las cárceles de  Venezuela”.

 

Pero a pesar de los actos intimidatorios del gobierno, Tintori afirma que “no nos vamos a callar” y que “ante cada acto de persecución y vejamen denunciaremos lo ocurrido, no sólo para que nosotras no pasemos por el horror de lo vivido, sino para ningún familiar de preso venezolano tenga que pasar por este dolor tan grande”.

 

El dos veces ex candidato presidencial opositor Henrique Capriles anunció hace una semana que “ha llegado” la hora de un “referendo revocatorio” contra Maduro al advertir que la crisis económica, social y política se está profundizando y el gobierno no toma medidas serias para solventar los problemas de los venezolanos.

 

Maduro propuso en días pasados un decreto de Emergencia Económica para enfrentar la crisis que registra el país, que la Asamblea Nacional rechazó en abierto desafío al mandatario, quien calificó a este acto como “inconstitucional” y advirtió que se reservaba “las acciones” que tomaría, aunque aclaró que serían en el ámbito de “la legalidad”.

 

Capriles acusa a Maduro de jugar “a una explosión social” bajo la premisa de que “puede oxigenarse si eso ocurre”, pero señaló que “el único desenlace debe ser constitucional, pacífico y democrático”.

 

Para Tintori, el gobierno está “dando patadas de ahogado” y muestra que se ve perdido porque “la gran mayoría de los venezolanos venció el miedo y salió a las calles para pedir el cambio el 6 de diciembre, un cambio que además no han sabido interpretar las autoridades”.

Foto: Reuters

 

Leopoldo López, que se encuentra “sólo y aislado” en el cuarto piso de una de las torres de la prisión de Ramo Verde, en una celda de 2 por 3 metros, sin luz y sin permiso para hablar otros reos, está “esperanzado” de un cambio tras la victoria en las elecciones de diciembre, aunque por supuesto se indignó por el trato sufrido por su madre y su esposa, dice Tintori.

 

Lilian afirma empero que su marido está consciente de que esta lucha “no es de una persona, sino de un pueblo entero cansado de sufrir” y tiene claro “más que nunca tiene claro que las grandes causas merecen grandes sacrificios”.

 

A su juicio, la pelota está actualmente en manos de la Asamblea Nacional, a la que Maduro acusa de estar dirigida por una “mayoría oligárquica”, que según Tintori “tiene en sus manos la tarea titánica de rescatar la institucionalidad”. Lilian considera que la “mejor manera” de hacerlo es “liberando a los presos políticos” sometidos “a la prisión injusta porque el régimen usó el poder judicial para perseguir políticamente, violando todos los principios de independencia de poderes y legalidad”.

 

La Asamblea, dirigida por Henry Ramos Allup, asumió públicamente ese compromiso en cabeza de sus principales líderes, y no nos cabe duda que así lo veremos en los próximos meses”, señala.

 

La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ya anunció a través de la diputada Delsa Solórzano que la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional, que podría poner en libertad a López y a otros opositores encarcelados, figura en el primer lugar de la agenda de debates del órgano legislativo.

 

La misma parlamentaria anunció que la Asamblea llamará a comparecer al director de la cárcel militar de Ramo Verde, coronel José Salvador Viloria, acusado de ser el que desnudó a Tintori y su suegra, además de ordenar gravar conversaciones privadas entre López y su esposa, divulgadas a través de la estatal Venezolana de Televisión.

 

El maltrato sufrido por Lilian y su suegra es parte de una política sistemática contra la oposición. A Leopoldo López le han allanado varias veces su celda y cuando los guardias lo hacen le arrojan al piso todas sus pertenencias incluyendo su comida y agua.

 

También “le han puesto un fusil en el pecho amenazándolo con trasladarlo de cárcel y le han lanzado excremento y orina”, según el relato de su esposa.

 

La propia Tintori ya sido blanco de varios atentados durante su campaña “Todos Por la Libertad”, para incentivar el voto y crear conciencia con el tema de la liberación de los presos políticos, uno de ellos ocurrido cuando la avioneta en que viajaba parte de su equipo sufrió una avería sospechosa en los frenos y se incendió, aunque por fortuna sus ocupantes no sufrieron daños.

 

“Fueron momentos difíciles pero, como pide Leopoldo a los venezolanos, ‘llénense de fuerza, nos levantamos y continuamos”, dice Lilian, quien estima que hay cada vez mayor certidumbre de que “Venezuela quiere cambio, quiere paz, progreso, bienestar”.

 

“Este es un régimen que se las juega todas con tal de mantenerse en el poder y hemos visto de lo que es capaz, de perseguir, torturar y encarcelar injustamente. Por eso hoy más que nunca es crítico que la comunidad internacional se mantenga vigilante”, afirma.

 

A nivel internacional, se espera que el Mercosur y la Organización de Estados Americanos actúen para excluir a Venezuela invocando cláusulas democráticas, pero hay todavía división entre sus miembros, como el caso de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, que se opone a aplicar sanciones a Maduro y el argentino Mauricio Macri, que favorece estas medidas.

 

Tintori considera importante que “la comunidad internacional le diga al régimen de Nicolás Maduro que no puede violar los derechos de sus ciudadanos impunemente bajo la mirada internacional”.

 

El 6 de diciembre, la oposición ganó por abrumadora mayoría conquistando 112 de los 167 puestos de la Asamblea, pero luego trató de anular este resultado tratando de arrebatarle la mayoría calificada al órgano legislativo.

 

Para Tintori el régimen “no puede imponer trabas a la democracia, irrespetando la voluntad del pueblo y utilizando al Tribunal Supremo de Justicia, pues estaría violando no solo la voluntad de los venezolanos sino la obligación de conducirse democráticamente, rompiendo las reglas del juego democrático, causal que sin duda da pie a la aplicación de la Carta Democrática” de la OEA.

 

Frente a todo ello, el gobierno de México ha asumido otra vez una postura de indiferencia y no se ha pronunciado sobre los actos de amedrentamiento contra la oposición o los incidentes como el sufrido por Lilian Tintori y su suegra.

 

“Aún no hemos recibido expresiones públicas ni privadas de su preocupación de este último episodio, pero estamos seguros que no le es ajeno el tema”, dice Tintori, quien señala que le “cuesta creer que el gobierno de México no sea sensible al sufrimiento del pueblo venezolano, que va mucho más allá de las requisas de las que fuimos objeto”.

 

La dramática situación en Venezuela se agrava día con día y la gran pregunta que todos se hacen no es si va a reventar esta especie de caldero hirviente, algo que se da por descontado, sino cuándo habrá de ocurrir esto y de qué modo precipitaría el cambio, que bien puede ser la renuncia de Maduro pero también un golpe militar o una guerra civil.