De todos los espectáculos artísticos, culturales y deportivos que se llevan a cabo en la Ciudad de México, el equipo de los Pumas de la UNAM es el principal cliente de los revendedores de boletos y los aficionados que los compran, de acuerdo con las estadísticas de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina.

 

El año pasado, los elementos de la Policía Preventiva asignados a la prevención de esta falta decomisaron más entradas en Ciudad Universitaria que afuera del Estadio Azteca, el Azul, el Auditorio Nacional, el Autódromo o el Foro Sol.

 

La cantidad de entradas aseguradas para ver al equipo auriazul es casi igual a la suma de todos los decomisos que se realizaron en otros 11 recintos de espectáculos que hay en la Ciudad.

 

Para el partido de la Final Pumas Tigres, en el Estadio de CU, se localizó a cinco personas que traían 142 boletos que eran de cortesía y evidentemente, con base en eso, en la parte interna de los clubes se está haciendo la investigación”, resaltó en entrevista Víctor Hugo Ramos, jefe del Estado Mayor de la Policía.

 

El mando policiaco recordó que el año pasado hubo al menos un caso de 200 o 300 boletos asegurados a una sola persona en un evento deportivo.

 

De enero a diciembre de 2015 la Policía recuperó mil 316 boletos en 36 operativos en las inmediaciones de la sede olímpica mientras que en el resto de los centros, exceptuando el Estadio Azteca que ocupa el segundo lugar en reventa, fueron asegurados mil 448, de acuerdo con las cifras que dio el mando policiaco a 24 HORAS.

 

En el nido de las Águilas fueron decomisados 546 boletos en 31 operativos, cinco operativos menos que en CU. La diferencia entre el primero y el segundo es de 770 boletos que representan 141% más decomisos en la sede de la Máxima Casa de Estudios.

 

El año pasado ambos equipos jugaron una de las dos semifinales del Torneo Apertura 2015 y Pumas avanzó a la Final.

 

“Nosotros lo que estamos buscando este año es que tengamos espacios libres de reventa, ¿qué significa? Que a propósito del trabajo articulado con las empresas, con los organizadores de los espectáculos, podamos minimizar.

 

“En el partido América Pumas, en la Semifinal, entre los grupos de animación, como parte del trabajo de pre tarea, se concedieron boletos para la venta de un grupo a otro.

 

“El grupo del América le vendió… tantos boletos al grupo de animación de los Pumas. Se los vendió diciéndole: me los pagas con depósito bancario y aquí están. ¿Con qué fin? De tener nosotros el control de los folios de los boletos y saber exactamente qué (les hicieron). Esos boletos no cayeron en la reventa, fue exitosísimo”, aseguró Ramos.

 

El costo en taquilla de los boletos asegurados el año pasado fue de 781 mil 13 pesos, pero el costo en la reventa se triplica y por esta cantidad de entradas se hubieran obtenido un millón 909 mil 719 pesos.

 

En 2015 los elementos policiacos realizaron 223 operativos, realizaron 2 mil 378 remisiones ante el Juez Cívico  y aseguraron más de 3 mil boletos de espectáculos artísticos, culturales y deportivos.

 

“Vendía hasta 60 boletos”

 

Mike fue revendedor de boletos de los Pumas durante cinco años. Algunos de sus familiares trabajaban de la Universidad Nacional Autónoma de México y eran sus proveedores.

 

Las entradas que a ellos les regalaban las autoridades universitarias para ir al estadio se las daban a Mike. En poco más de un año llegó a ahorrar 80 mil pesos y gastó buena parte de las ganancias, reconoce que hay operativos para impedir la reventa, pero asegura que la Policía no detiene a todos los revendedores.

 

“Los superiores controlaban las entradas y les daban dos para tal funcionario y tal… y sobraban muchos que les daban a todos en general, para maestros, trabajadores…

 

“Ahorita ya no me dan (boletos), pero los llegué a vender, cuando me iba bien tenía hasta 60 boletos para un solo juego y los vendía todos… a amigos o a los mismos revendedores, ya tenía el contacto y yo se los vendía a ellos.

 

“Yo contactaba al revendedor y le decía. ¿Sabes qué? Te puedo ver a tal hora, tal lugar, procuraba verlos no en el estadio, en Doctor Gálvez o un lugar así”, contó Mike a 24 HORAS, quien habló a condición de cambiar su nombre.

 

Mike asegura que nunca fue detenido y tampoco tuvo que darle dinero a alguien para que pudiera realizar esta actividad, sin embargo, confirmó que los revendedores sí tenían que pagarle a  algunos policías.

 

“Un aproximado, si el boleto costaba 300 pesos yo los daba en 200. (Los revendedores) los vendían yo creo que hasta en el doble o al 50% tal vez, ellos los vendían en 300 sin broncas.

 

“Yo no (daba dinero), pero ellos sí, a ellos sí, la verdad sí se mochaban para que no los transaran. A los que sí de plano no se les podía dar era a los de seguridad de la misma Universidad, a veces estaban como civiles y ellos llegaban a preguntar si tenías y te atoraban.

 

El entrevistado dice que ya no se dedica a la reventa porque hay más control sobre las entradas y a sus contactos de la UNAM les dan menos boletos, pero asegura que la reventa nunca se acaba ya que existe complicidad entre algunas autoridades de los Pumas, la Policía y los revendedores porque en este negocio todos ganan.