Según lo que algunas personas a quiénes tengo en mis redes sociales, o contactos de mis contactos, Yahoo! ya a nadie le importaba. Siguiendo esa lógica, sería probable que esta columna, entonces, no despierte el interés de muchos de sus lectores habituales. Aun a pesar de ese riesgo, de acuerdo a lo que leí hace algunos días, la empresa californiana merece recibir un tributo después de que, su oficina central, decidiera cerrar por completo su operación en México.
A lo largo de mi vida profesional, he tenido la fortuna de conocer a varias personas que han trabajado, o todavía trabajaban en Yahoo! para México, y en algunos países de Latinoamérica. Todos tuvieron siempre, una característica en común: eran muy felices profesionalmente hablando. Esto no ha sido más que producto de las políticas corporativas de la compañía durante su corta vida de existencia; incluso en los años recientes en que empezó a sufrir por las tendencias de consumo en internet, así como por el crecimiento de los negocios de publicidad de compañías como Google o Facebook, en detrimento del resto de sus competidores como Yahoo!, sus empleados portaban con orgullo su camiseta, e iban felices a trabajar. En épocas donde la exigencia laboral es suprema, la competencia feroz, y las oportunidades escasas, no es asunto menor mantener a la mayoría de los empleados con ese nivel de satisfacción.
Por otro lado, ya comentado en este espacio, Yahoo!, una de las empresas pioneras de la era de internet, ha tratado de innovar bajo el mandato de Marissa Mayer como hace tiempo no lo hacía. Compró varias compañías interesantes, no solo a nivel de producto como Tumblr, o de publicidad como Bhrightroll, plataforma especializada en la comercialización de espacios de video, sino le dio una dirección apostando por el contenido, por un lado, y por la estrategia de móviles por otro, después de años de indefinición en el foco. Es verdad que los resultados financieros no han respaldado las decisiones de Mayer, pero creo que tiene que ver más con el rumbo que ha tomado la industria digital, y complicado para muchos, no solo para Yahoo!, y con malas decisiones previo a su gestión, que con el acierto o fallo en las estrategias de la ex empleada de Google.
Y si bien esas tendencias no son favorecedoras, hoy Yahoo! en México, y en algunos otros países cuenta todavía con una audiencia que ya quisieran muchas plataformas, negocios digitales, o hablando de su naturaleza de contenido, medios de información. De acuerdo con cifras de la empresa de medición en internet, ComsCore, Yahoo! posee más de 16 millones de usuarios en sus propiedades, destacando su plataforma de respuestas Yahoo! Answers, con casi 9 millones, y su servicio de correo electrónico con casi 3 millones. Más de 4 millones de personas utilizan su motor de búsqueda, y casi 1 millón, un canal de información como Yahoo! Deportes. Y si bien muchos podrán decir, con razón, que buena parte de la circulación de esa audiencia ocurre porque a ella llegan desde otros productos, concretamente su correo electrónico, o su buen SEO u optimización en motores de búsqueda, que le deriva mucho tráfico a su propiedad Answers, no creo que hubiera compañía digital alguna que le dijera que no a esa distribución.
Quizá Yahoo! no es lo más “cool” del momento, tal vez no les guste a los hípsters, ni a la generación millenial. Pero es un hecho que Yahoo! todavía tiene algunos datos que lo ponen lejos del desuso universal. No se ha dado una versión oficial de la razón de su cierre de operaciones en México y Argentina, pero lo que es un hecho es que el mercado ha castigado la decisión, pues sus acciones en bolsa se han desplomado desde el anuncio.
Ante la falta de explicación, se abre lugar a la especulación, y si una empresa decide cerrar operaciones en países como México, que para muchas otras es cada vez más la gran oportunidad emergente que roza con ser uno de los “Top 10” del mundo, todo parecería indicar que la empresa quiere optimizar sus números financieros, lo que podría fortalecer la hipótesis de una posible venta. Sea lo que sea, Yahoo! merece irse por todo lo aquí escrito, y muchas otras razones, con los debidos honores.