Si bien la primera gran barrera para los emprendedores es correr el riesgo y formar su propia empresa, después de este gran paso viene uno de sus grandes retos: superar el periodo comprendido entre los primeros dos y cinco años, cuando 75% de las pymes fracasa.
A este último dato, calculado por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), habría que agregar que, según el Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial, nueve de cada diez que pasó esa barrera no llegará a cumplir su décimo aniversario.
Las principales causas por las cuales las pequeñas y medianas empresas cierran en los primeros años de operación están relacionadas principalmente con la falta de recursos, pero también de planeación y la mala ejecución del proyecto.
Una encuesta anónima online que elaboró en 2014 la empresa mexicana Failure Institute (Instituto del Fracaso) encontró que son cinco las causas más comunes por las cuales quiebra una pyme: ingresos insuficientes para subsistir (65%), falta de indicadores (48%), falta de proceso de análisis (44%), planeación deficiente (44%) y problemas en la ejecución del proyecto (43%).
De hecho, de acuerdo con la percepción de los emprendedores, el fracaso de sus proyectos está más relacionado con la mala planeación y falta de capacitación de los propios empresarios que con condiciones externas como la situación económica de un país (37%), la entrada de un competidor fuerte (19%), problemas de tamaño o capacidad (22%) o la falta de desarrollo del personal (29%).
Además de estos factores, también influyen haber elegido puntos de venta no adecuados y haber hecho un estudio de mercado débil (41% en ambos casos), promoción o publicidad inadecuada (38%) o una estructura organizacional inadecuada (39%).
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Fortalezas y debilidades
Si bien enfrentan riesgos, por su tamaño las pymes tienen otras fortalezas para sobrevivir. De acuerdo con la Secretaría de Economía (SE), estas unidades empresariales son fuertes porque su movilidad les permite ampliar o disminuir el tamaño de la planta y cambiar sus procesos según sea necesario.
Asimismo, sus posibilidades de crecimiento dependen de su dinamismo y pueden asimilar y adaptar nuevas tecnologías con facilidad.
Señala no obstante que si bien pueden lograr una buena administración, en la mayoría de los casos ésta se basa más en la opinión del dueño; no reinvierten utilidades para mejorar el equipo y la producción.
Además, sus limitaciones para pagar salarios competitivos les dificulta encontrar personal especializado; si logran invertir en la actualización de su personal no saben cómo retenerlo.
Cifras
- 80% de las pymes españolas quiebra en los primeros 5 años
- 30% de las pymes en EU desaparece a los tres años
- 93% de las pymes argentinas cierra a los dos años