Tras haber logrado en Cofepris impactar directamente en la economía de las familias mexicanas al incrementar el consumo y disponibilidad de medicamentos genéricos en el país (lo que representa ahorros superiores al 60% en gasto de bolsillo), Mikel Arriola Peñalosa se enfrenta por primera vez a una de las instituciones públicas más cercanas al ciudadano de a pie, igualmente querida que criticada: el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Mikel Arriola Peñalosa (41 años) fue el titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios desde 2011 hasta el pasado lunes, cuando el presidente lo nombró director general del IMSS.
Durante su gestión expidió las primeras cuatro licencias para permitir el consumo de mariguana y aumentó la penetración de los medicamentos genéricos en el mercado; además de reducir los tiempos para la aprobación de protocolos clínicos, lo que a largo plazo permitirá un aumento en las inversiones de empresas farmacéuticas en el país.
En entrevista con 24 HORAS, Arriola Peñalosa asegura que la calidad del IMSS es tan alta, que él mismo se operaría en la institución.
¿Va a retomar el rescate financiero del IMSS que emprendió el ex director, José Antonio González Anaya?
Vamos a continuar este gran esfuerzo y ejercicio de disciplina financiera que hizo el doctor González Anaya. Se trata de seguir reduciendo el déficit financiero del instituto, para ampliar su capacidad de gasto y llegar cada vez a más derechohabientes con mejor calidad.
¿Cuáles serán los puntos que se reforzarán?
Serán tres ejes: ser más cercanos a la gente en materia de prestación de servicios médicos, un servicio cálido, más eficiente. Continuar con la disciplina financiera para seguir reduciendo el déficit de la balanza del instituto; y seguir reduciendo la carga regulatoria en diversos servicios: bajarle la carga a los trámites, a los tiempos, que los servicios distintos de los médicos sean mucho más rápidos, quitar trámites presenciales y cambiarlos por trámites electrónicos, quitar ventanillas que no sean necesarias, tratar de que los pensionados tengan más facilidades para cobrar sus pensiones y que nuestro servicio cada vez esté más calificado.
Cuando se habla de reformar al Instituto surgen críticas sobre intentos por privatizarlo…
Absolutamente ningún ánimo de privatización. Desde 1943 la Ley mandata que las decisiones y financiamiento se hagan a partir del sector obrero, el patronal y el gobierno. Esta fórmula ha sido exitosa, ha generado equilibrios que lo han convertido en una institución de referencia internacional. Hay un ánimo de fortalecer las finanzas, los servicios y ampliar la penetración del IMSS en el territorio mexicano.
¿Cómo cumplir el mandato del presidente de mejorar la calidad cuando hay quejas por desabasto de medicinas e insumos insuficientes?
El Seguro es una institución intensiva en servicios, diario damos 500 mil consultas, recibimos mil 200 niños, atendemos 60 mil emergencias, tenemos 204 mil niños en las guarderías, casi seis mil unidades de salud y en el día a día enfrentamos retos. En materia de abastecimiento de medicinas hemos ido mejorando. En el DF tenemos 99% de abasto y surtimiento en las recetas con las 60 farmacias que tenemos en México y el centro de canje. No negamos que puedan existir problemas pero en abasto se ha mejorado.
Nunca falta paracetamol, pero los medicamentos para enfermedades catastróficas son de los que carece el Instituto…
Tenemos niveles de surtimiento cada vez mejores. Lo que tenemos que hacer es recibir las quejas específicas y atenderlas rápido, hemos podido desarrollar una capacidad de atención inmediata por farmacia. El ejemplo es el centro de canje del DF, que se diseñó a partir de una receta electrónica, en tanto que no se surta en las farmacias ese medicamento, se puede acudir a otro centro de canje o a otra farmacia de las propias 60 farmacias. Así hemos podido anticipar cuando los inventarios bajan en cualquier medicamento, los responsables anuncian que esa escasez se puede dar y tenemos la capacidad de surtirlo antes de que se acabe. No estoy diciendo con esto que el desabasto haya sido resuelto, pero lo estamos resolviendo con medidas inteligentes. En el caso de la atención médica, nuestro objetivo es reducir los tiempos de asignación de cirugías, camas y especialistas.
¿Cómo van a disminuir las quejas de violaciones a los Derechos Humanos de los pacientes? El IMSS fue la institución más denunciada ante la CNDH…
En el día a día atendemos 500 mil consultas, somos en volumen el prestador más alto de servicios y quizá ahí encuentres la correlación con el número de quejas en materia de Derechos Humanos. Aunque fuera una, no la minimizamos: atendemos todas las quejas, buscamos, investigamos, revisamos dónde estuvieron las fallas, buscamos a las familias y a las víctimas, atendemos inmediatamente los problemas que se generaron derivados de esas denuncias. No somos cerrados a una realidad que presenta el IMSS por la cantidad de operaciones que tiene diariamente y seguiremos mejorando. En la medida que utilicemos mejor los recursos, tendremos la capacidad de atender mejor a los derechohabientes.
¿Usted se operaría en el IMSS?
Por supuesto, tenemos unidades de primero, segundo y tercer nivel de atención. Hoy tenemos médicos del Hospital Siglo XXI enseñando la experiencia mexicana en los hospitales de París y de Lyon. Estamos hablando de médicos especialistas que pueden competir con cualquiera en el mundo, médicos que tienen la capacidad de atender demanda alta. Sin duda me operaría en el IMSS pero no voy a esperar a que me operen, estoy comprometido con la prevención. Lo que tenemos que hacer es que las personas vayan a revisarse de manera preventiva, antes de que les hagan alguna intervención mayor; ese es otro de los ejes de la política del propio instituto: prevención en vez de curación.
¿Cómo fue su última experiencia en el IMSS?
Mi proveedor de servicios es el ISSSTE, pero en mi caso particular tengo muchos años sin tener ninguna intervención en materia de salud porque hago ejercicio diario, como bien, reviso mis niveles, duermo a mis horas y por eso no uso y no presiono al sistema de salud. Ese tendría que ser el modelo.