La presunta disputa entre integrantes de los Zetas, y sus enemigos del cártel del Golfo por mantener el control al interior del Centro de Readaptación Social de Topo Chico, en Monterrey Nuevo León, fue el detonante para que en un lapso no mayor a dos horas tuvieran lugar una serie de hechos violentos que terminaron con la vida de 49 internos.

 

El primer llamado de alarma se dio alrededor de las 11:30 del miércoles cuando se informó que en los sectores C-2 y C-3 del centro penitenciario se registraba una riña entre los mismos internos. Según lo recabado por las autoridades, el enfrentamiento alcanzó otra magnitud de violencia cuando algunos reos incendiaron la bodega de víveres del penal.

 

En medio del caos, cuyo origen en concreto quedó en entredicho por parte de las autoridades, custodios que buscaban impedir que los internos en conflicto llegaran al área de población femenil abrieron fuego contra los rijosos, de las víctimas mortales al menos una persona murió a causa de una bala. “Sí hubo un disparo o dos, fue cuando uno de los custodios defendió una crujía de mujeres de los reos”, reconoció Jaime Rodríguez Calderón, gobernador del estado, en entrevista con Radio Formula.

Infografía: Xavier Rodríguez

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Ya en la madrugada del jueves, habitantes de la colonia Nueva Morelos, donde se ubica el penal, tomaban testimonios con sus teléfonos celulares de lo que acontecía, mismos que resonaron en las redes sociales y fue así como varios de los familiares de los internos se enteraron de que algo ocurría al interior de Topo Chico. La angustia e incertidumbre por no saber nada de sus familiares se acrecentaba al momento de un silencio por parte de las autoridades.

 

Fue hasta después de las seis de la mañana de ayer que a través de la cuenta oficial del área de comunicación del gobierno estatal que se informó que a la 1:30 de la madrugada la situación en el penal había quedado “bajo control”. Pasadas las 9 de la mañana, el gobernador daba cuenta de un saldo preliminar de 52 personas muertas y una docena más de heridos.

 

Mientras al interior del centro penitenciario, la Dirección de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del estado continuaba con la identificación de las víctimas, afuera del penal decenas de familiares, muchos de ellos postrados afuera de las instalaciones desde la madrugada de ayer, buscaban desesperadamente alguna información sobre sus conocidos. En las horas de angustia, diversos connatos de enfrentamiento se registraron contra los elementos de seguridad que resguardaban el penal.

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En palabras de Rodríguez Calderón, la causa fue el conflicto que partió de una disputa entre los grupos liderados por Jorge Iván Hernández Cantú  El Credo, y Juan Pedro Saldívar Farías, alias el El Z 27. Sin embargo, fue hasta casi las cinco de la tarde cuando la cifra de decesos fue rectificada y el número disminuyó a 49 muertos, nueve de los cuales no había podido ser identificados hasta el cierre de esta edición, así como 12 lesionados, cinco de ellos de gravedad.

 

La disputa al interior de la prisión, el hecho de una nueva matanza de internos por un evidente situación de “autogobierno” ocurrió a nueve días del cuarto aniversario del motín y fuga masiva que se registrara en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Apodaca, Nuevo León, ocurrido el 19 de febrero de 2012 y dejó un saldo de 44 muertos, decenas de heridos y al menos 30 más que lograron darse a la fuga. El motivo que entonces dieron las autoridades fue la disputa entre supuestos integrantes  de los Zetas y el cártel del Golfo.