El papa Francisco advirtió que la sociedad actual es un “terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”, y la búsqueda de privilegios conduce a ello, por lo cual, los gobernantes están obligados a generar las condiciones para el acceso de los ciudadanos a una “justicia real, trabajo digno y seguridad efectiva”.
En su calidad de jefe de Estado durante un encuentro con el presidente Enrique Peña Nieto, el Pontífice brindó su primer discurso en tierras mexicanas, el cual fue de carácter político, y donde llamó a reflexionar sobre la realidad que vive el país y “sobre la propia responsabilidad a la hora de construir el México que queremos, el México que deseamos legar a las generaciones venideras”.
En tanto, el presidente Enrique Peña Nieto reconoció con honores su investidura de jefe de Estado y como un Papa reformador en la Iglesia Católica, que va al encuentro de la gente. “México lo quiere por su sencillez bondad y calidez”, agregó.
El pueblo de México está emocionado y “reconoce al líder sensible y visionario que se está acercando a las nuevas generaciones”, dijo el Presidente. “Sepa que millones de mexicanos están listos para recibir sus palabras de paz, caridad y esperanza”, expresó el Ejecutivo.
Durante la ceremonia, Francisco sostuvo una reunión privada con Peña Nieto, canceló un timbre postal en honor a su visita y recorrió el Palacio Nacional, donde le explicaron el significado del mural de Diego Rivera, situado en las escalinatas principales y que trata sobre su visión de la historia de México.
México de rostro joven
En el Patio Central de Palacio Nacional, donde la Presidencia habilitó un escenario y montó un graderío para aproximadamente mil invitados especiales, el jefe del Estado Vaticano consideró que “la principal riqueza de México hoy tiene rostro joven (…) esto permite pensar y proyectar un futuro, un mañana. Un pueblo con juventud es capaz de renovarse, de transformarse”.
Para el Papa, “un futuro esperanzador se forja en un presente de hombres y mujeres justos, honestos, capaces de empeñarse en el bien común, este bien común que en este siglo XXI no goza de buen mercado. La experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, la vida en sociedad, tarde o temprano se vuelve un terreno fértil para la corrupción”.
Ante la élite política del país, Francisco dijo que México debe “encontrar nuevas formas de diálogo, de negociación, de puentes capaces de guiarnos por la senda del compromiso solidario (…) una sociedad donde nadie sea víctima de la cultura del descarte”.
Manifestó que a los dirigentes políticos les corresponde trabajar para que los ciudadanos “sean dignos actores de su propio destino” y ayudarlos en el “acceso efectivo a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda adecuada, trabajo digno, alimento, justicia real, seguridad efectiva y un ambiente sano y de paz”.
A su parecer, brindar todo ello “no sólo es asunto de leyes que requieren actualizaciones y mejoras, siempre necesarias, sino de una urgente formación de la responsabilidad personal de cada uno, con pleno respeto del otro como corresponsable en la causa común de promover el desarrollo nacional”.
Para lograr ese objetivo, ofreció al gobierno federal el apoyo de la iglesia católica, “que ha acompañado la vida de esta nación y que renueva su compromiso y voluntad al servicio al servicio de la gran causa del hombre: la edificación de la sociedad del amor”.
“Puede contar con el respaldo de la Iglesia católica. Ya que, el bien común en este siglo XXI, no goza de buen mercado”, expresó.
Vengo como misionero de paz e hijo que rinde homenaje a su madre
Tras saludar a las autoridades del gobierno mexicano y las ecleciales, fue claro y dijo “vengo como misionero de misericordia y paz”.
Pero también, agregó, “como hijo que quiere rendir homenaje a su madre”, la Virgen, y dejarse mirar por ella, añadió.
El jerarca católico indicó que recorrerá México como misionero y peregrino que quiere renovar “con ustedes” -el pueblo- la experiencia de la misericordia2.
“Como un nuevo horizonte de posibilidad que es inevitablemente portador de justicia y paz”.
Durante la bienvenida oficial, destacó que para él “es motivo de alegría” pisar la tierra mexicana, que ocupa un lugar especial en el corazón de las Américas.
En un tuit que se publicó al momento en que se celebra el mensaje conjunto con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, en Palacio Nacional, la cuenta @Pontifex_es destacó.
México tiene rostro joven. Esto permite pensar y proyectar un futuro, un mañana. Eso da esperanza.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) febrero 13, 2016
La víspera, al momento de su arribo saludó al pueblo mexicano como “hermanos” a quienes dijo “están en mi corazón”.
Queridos hermanos mexicanos, están en mi corazón, nos encomendamos juntos a la Guadalupana, que no deje de mirarnos con ternura. — Papa Francisco (@Pontifex_es) febrero 13, 2016