El papa Francisco llamó a los mexicanos a detener los abusos contra los migrantes que generan que hombres, mujeres y niños acaben en las manos de quienes trafican con la muerte. Y para detener esto los convocó a evitar la tentación de la riqueza obtenida a costa del sudor ajeno.
“Los invito a primerear las iniciativas que ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidades. Donde no haya necesidad de emigrar para soñar; donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar; donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos. Una tierra que no tenga que llorar a hombres, mujeres, a jóvenes niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”, dijo Francisco en referencia al narcotráfico, previo a la oración del Ángelus durante la misa que celebró ayer en Ecatepec, Estado de México.
Estas palabras las dio en un municipio por donde pasan al año 50 mil personas sin documentos en busca de llegar a Estados Unidos, esto según datos de la Unidad de Atención al Migrante y Vinculación con el Exterior de Ecatepec.
El discurso del obispo de Roma no quedó sólo en la migración, sino en la explotación a favor de unos cuantos, quienes obtienen así una riqueza a costa del sudor o la vida del prójimo, lo cual va en contra de cualquier enseñanza del Evangelio.
“Es tener el ‘pan’ a base del sudor del otro o hasta de su vida propia. Esa riqueza que es el pan con sabor a dolor, amargura, a sufrimiento. En una familia o en una sociedad corrupta es el pan que se le da de comer a los propios hijos”, dijo el obispo de Roma en su homilía, que escucharon miles de fieles.
El líder de la iglesia católica convocó a quienes lo escuchaban a reflexionar durante esta Cuaresma sobre las tentaciones del diablo, entre ellas la riqueza, la vanidad y el orgullo, pecados que impiden acercarse a Dios quien es un padre para nosotros.
Por eso, encomendó al pueblo de México a la Virgen de Guadalupe, para que arda la fe en el corazón de su pueblo y así llegue la justicia, la luz y el amor a los pobres.
Visita Hospital Infantil
De regreso en la Ciudad de México, el papa realizó una visita al Hospital Infantil Federico Gómez, donde se reunió con niños y jóvenes enfermos. Ahí, un adolescente enfermo de cáncer se acercó a saludar al papa Francisco; el líder de la fe católica lo miró a los ojos y le palmeó las mejillas, le dio un apretón de manos y antes de darle la bendición, le dijo “échenle ganas” para superar su enfermedad.
Esta fue la última actividad pública que tuvo el Papa ayer, la cual tuvo una duración de aproximadamente una hora. También fue una de las más emotivas hasta el momento, pues los niños -fuera del protocolo- se acercaron en grupo para abrazarlo y una de ellas incluso interpretó para él el “Ave María”, lo cual provocó que brotaran las lágrimas del Pontífice.
En el evento lo acompañó la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, quien le agradeció su generosidad, le dijo que su ejemplo alienta a los mexicanos y le prometió que nuestro país rezaría por él.