La visita del papa Francisco a Chiapas estuvo marcada por discursos en defensa de los pueblos indígenas y de la familia; por los primeros pidió perdón por los años abuso de los cuales han sido víctimas, mientras que a las familias les instó a aguantar los problemas en su interior, incluso con peleas, pero siempre con amor.
Por la mañana, el sacerdote de origen argentino llegó a Chiapas, la entidad con más pobreza y con mayor presencia de protestantes en el país. En la unidad deportiva de San Cristóbal de las Casas ofreció una misa ante 100 mil personas, muchas de ellas indígenas, a quienes pidió hacer una reflexión sobre la situación por la que viven los pueblos originarios.
“Muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos por la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!”, dijo en su homilía, en una entidad donde uno de cada tres habitantes es indígena.
Como muestra de buena voluntad y con permiso de El Vaticano, durante la misa se leyeron los pasajes de la biblia en diferentes lenguas originarias, así la primera lectura fue en Ch´ol, en el salmo se combinó español y Tsotsil, y el evangelio fue en Tseltal.
Al término de la celebración religiosa, el Papa comió con un grupo de ocho indígenas, con quienes platicó sobre la situación por la que pasan, pues se sabe que en Chiapas, tres de cada cuatro personas padecen pobreza y esto se agudiza más entre los indígenas.
Después, el líder de los católicos visitó la catedral de San Cristóbal, donde visitó la tumba de Samuel Ruiz, quien fuera obispo del lugar entre 1959 y 1999. A Ruiz se le recuerda en la comunidad indígena como un defensor de sus derechos, en especial luego del levantamiento zapatista de 1994, cuando fue mediador con el gobierno federal.
Por la tarde, el Papa se trasladó a Tuxtla Gutiérrez donde tuvo el Encuentro con las Familias en el estadio “Víctor Manuel Reyna”. Ahí escuchó el testimonio de diversos tipos de familias, desde la que tiene un hijo discapacitado, la del matrimonio de 50 años, una pareja que se casó después de un divorcio y la de la madre soltera.
Al hacer referencia a los problemas a los que se enfrenta la familia, habló de la pobreza que impide cubrir las necesidades básicas y del aislamiento de sus integrantes, quienes por individualismo no quieren tener hijos en su juventud y cuando los quieren ya es demasiado tarde.
El obispo de Roma pidió a las familias a enfrentar los problemas, incluso con peleas donde salgan volando platos, pero siempre con el perdón en la noche para evitar que las diferencias socaven los matrimonios.
“Prefiero una familia con rostro cansado por la entrega a rostros maquillados que no han sabido de ternura y compasión”, indicó Francisco.