Cuarenta años después del lanzamiento de la Z1, Kawasaki muestra la Z800, dotando de tecnología, innovación y diseño a este icono deportivo japonés. SI bien, es la motocicleta mejor vendida en algunos mercados europeos, en nuestro país, está distante de serlo, no por falta de calidad, sino porque todavía la marca no tiene planes de instalarse como corporativo.

 

La evolución de la 750cc ahora tiene 806cc, debido al aumento en el diámetro de pistones y relación de compresión en un motor de cuatro cilindros en línea, refrigeración líquida, doble árbol de levas y 16 válvulas, que arroja 113Hp y un torque de 83Nm a 8 mil rpm. Para una naked deportiva con chasis tubular de acero de alta tensión y 231 kilos de peso, es una dulce combinación que se traduce en agilidad. Tiene una excelente posición de manejo y una altura al suelo de 834mm, que la hacen perfecta para el día a día y claro, salir a carretera.

Foto: José Luis Ruiz

 

El panel de instrumentos es digital, con pantalla LCD, y tiene tres diferentes diseños para que el piloto obtenga una retroalimentación mayor. Encontraremos computadora de viaje, datos de consumo, capacidad del depósito de combustible y temperatura del motor. Sin embargo, un detalle que nos hace un poco complicada la conducción es que no tiene un indicador de marchas, cosa que ya todas en su segmento tienen y, de pronto, en el tráfico, nos vuelve más lentos en las reacciones, porque debemos tener el recuento de manera mental y de pronto pensamos que venimos en primera cuando, en realidad, estamos en segunda.

 

En el apartado del manejo podemos decir que la Z800 tiene una calificación destacable. Ataca las curvas con precisión, tiene mucha estabilidad tanto en curvas como en rectas y se siente bien plantada. El ángulo de giro es bastante amplio. Tiene una excelente potencia de frenado, haciendo que el ABS entre tarde y eso se transmite en sensaciones más intuitivas. El mejor régimen para llevarla es entre seis y nueve mil revoluciones por minuto, cosa que no sucede en la ciudad, pero sí en carretera.

Foto: José Luis Ruiz

 

En conclusión, la Z800 es una moto que sorprende, que gusta a la gente y hace lo que tiene que hacer. Nos gusta, sí, mucho. Tiene un gran diseño, más tecnología de la que pagamos y una esencia que enamora.