“Ulises 1” es el nombre del primer nanosatélite mexicano que conjuga el arte con la tecnología, pues sus misiones al espacio no son netamente científicas, sino que buscan tender puentes entre el arte y la ciencia.
Es una innovación de “vanguardia internacional” porque combina arte con ciencia y tecnología. “Esto lo vuelve pionero en la industria de satélites e incentiva el desarrollo tecnológico en México”, afirmó Juan José Díaz Infante, integrante del Colectivo Espacial Mexicano, creador e impulsor de Ulises 1.
Resaltó que este proyecto de arte, ciencia y tecnología incluso ha rebasado sus expectativas iniciales y en los próximos dos años se multiplicará la experiencia con cuatro misiones suborbitales en México y una espacial en Estados Unidos.
“Ulises I” hizo una demostración de su operación artística en la estratosfera a 30 kilómetros de altura de distancia de la Tierra y esa experiencia ahora se desdobla en cuatro nuevas misiones suborbitales durante 2016.
Se trata de un nuevo proyecto que será impulsado en conjunto con Mórbido Aerospace Department (MAD), una iniciativa que se dedicará a realizar misiones espaciales y diversas actividades pedagógicas y de transferencia de tecnología para que estudiantes de nivel superior y artistas intercambien ideas.
Dijo que aún están en los preparativos para conocer cuáles instituciones educativas participarán, pero puntualizó que serán cuatro universidades de distintos estados de la República Mexicana.
“Lo que nosotros queremos es compartir todo el conocimiento que tenemos y generar más misiones Ulises”, expresó y, en ese tenor, comentó que en Estados Unidos pretenden integrar un grupo de escritores latinoamericanos de ciencia ficción para participar en la misión “Back to the fiction”.
Detalló que el propósito es que vayan a una misión de gravedad cero y escriban un texto o guión para desarrollar una película o documental en capítulos, por ejemplo, y la iniciativa se realizará durante los próximos dos años.
“El lanzamiento de las cinco misiones ya están planeadas, empezadas y listas para compartir, pero para ello se deben cumplir antes una serie de requisitos técnicos y burocráticos, tanto con organismos e instituciones nacionales como internacionales”, indicó.
Díaz Infante expuso que el proyecto del nanosatélite “Ulises 1” comenzó a finales de 2010, un año antes de la creación de la Agencia Espacial Mexicana. Él empezó a jugar con la idea de cómo lanzar un satélite al espacio y de cómo debería de ser su proceso para éste fuese una obra de arte.
“Entonces, de una manera accidental, el Ulises 1 es ahora punto de inicio en la historia del espacio mexicano, pues es el primer esfuerzo permanente para diseñar un satélite desde hace más de 20 años y forma parte de la primera generación de una constelación de satélites ciudadanos”, enfatizó.
Díaz Infante subrayó que el origen de “Ulises 1” está relacionado con la crisis que aqueja a varios países del mundo y, ante ese panorama, lo único que puede hacerse es construir o establecer un diálogo entre el arte y la ciencia para recuperar el sentido común.
De manera que: “La idea de lanzar un satélite al espacio es tener una oportunidad para cambiar esa situación si uno se lo propone. Es decir, si nosotros (el Colectivo Espacial Mexicano) podemos hacerlo, cualquiera puede hacerlo”.
En el diseño y construcción de este proyecto, que en 2011 tuvo su primera misión en el Festival Play como parte de un programa de residencia de la Fonoteca Nacional, participa un grupo de ingenieros y científicos mexicanos del Departamento de Robótica del Centro Multimedia, perteneciente al Centro Nacional de las Artes, y del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
El nanosatélite Ulises es similar a una lata de un litro de aceite y mide 12 por 10 centímetros. Está pensado como un instrumento y dispositivo de experimentación sonora que tiene capacidad para orbitar a 300 kilómetros de distancia de la Tierra y transmitir su señal desde el espacio a 436.5 megahertz.
Al estar en una órbita polar baja, el satélite puede dar una vuelta alrededor del mundo cada 90 minutos y no siempre está sobre México, la rotación de la Tierra hace que transmita por todo el Mundo.
El también fotógrafo explicó que el pequeño satélite artificial lleva un mensaje o poema en clave morse y puede ser escuchado durante 10 minutos al día en una estación de radio amateur, ubicada en la base terrestre del INAOE.
Si bien esa fue la idea principal, las piezas sonoras creadas por importantes y reconocidos músicos, como Omar Gasca, Ramsés Luna, Arturo Márquez, Hugo Solis y el grupo Cabezas de cera, son adaptadas y escuchadas a los distintos lugares donde participa “Ulises 1”.
La decisión de trasmitirlas es tomada a partir de que los especialistas del INAOE que obtienen los datos de la temperatura, estabilidad, posición de órbitas y geografía del nanosatélite en el espacio.
Díaz Infante apuntó que al menos 25 mensajes han sido diseñados y programados para transmitirse desde el espacio, desde un “Hola, vengo en paz y “Soy Ulises, vengo de México” hasta la pieza “Para Ulises”, basada en la progresión numérica de Fibonnaci. También están los poemas “La Esfera”, de Fernando Castro y Teresa Bordona, y “Polizón”, de Miguel Maldonado.
De esta manera, el colectivo de artistas mexicanos ha expuesto a “Ulises 1” en la Galería Epson, el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad, el Festival Internacional Cervantino y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en México.
También ha estado presente en The Balloon Museum, en Alburquerque, Nuevo México, Estados Unidos; el Centro Centro en Madrid, España, y la Casa de la Poesía en Amay, Bélgica, solo por mencionar algunos.
El curador y director de la misión “Ulises 1” reiteró que el nanosatélite es una innovación de “vanguardia internacional”, porque está combinando arte con ciencia y tecnología. “Esto lo vuelve pionero en la industria de satélites e incentiva el desarrollo tecnológico en México”, agregó.
De momento, el Colectivo Espacial Mexicano, dirigido por Díaz Infante, trabaja en los satélites “Ulises 2” y “Ulises 3” que presentan un avance de 50 y 100 por ciento, de manera respectiva, y contemplan poner en marcha una escuela de satélites para impulsar este tipo de proyectos.