Mañana martes, el Consejo Mexicano de la Familia presentará 200 mil firmas al Senado de la República para proponer una iniciativa de reforma al artículo 4° constitucional. Su objetivo es que el Estado Mexicano sólo reconozca como matrimonio al que conforman un hombre y una mujer y echar para atrás las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en torno al matrimonio igualitario.

 

En una entrevista, Juan Dabdoub -presidente de la Comisión Mexicana para la Familia- opinó que reconocer el matrimonio entre dos personas del mismo sexo implicaría darles a los niños la opción legal de “ser lo que quieran” cuando crezcan.

 

“La ley no te puede otorgar lo que la naturaleza te ha negado. Si no tienes capacidad de procreación, no puedes ser matrimonio. Los matrimonios homosexuales no existen. Por eso es contrario que la Suprema Corte diga que no es para la procreación, porque si no fuera por los niños, no debería existir el matrimonio”, insistió.

 

“Si la ley dice que pueden existir matrimonios homosexuales está diciendo que la homosexualidad es un bien para la sociedad. Así, a tus hijos les van a enseñar que cuando crezcan tienen la opción de ser homosexuales, bisexuales o todo lo que quieras. Así, rompes con la naturaleza de la sexualidad y todo se vale; lo importante es que te sientas bien y si tú te sientes bien teniendo sexo con un caballo o con una vaca es tu derecho”.

 

En un documento que entregarán a la Cámara de Senadores, el Consejo propone adecuaciones para especificar en el artículo 4 constitucional que el matrimonio debe estar conformado por un hombre y una mujer y que debe ser protegido por el Estado; también pide que establecer que los niños tienen derecho a la protección de su “padre y su madre” y que el Estado “no pueda privar deliberadamente a un niño de este derecho”.

 

El presidente del Consejo Juan Dabdoub explicó que en términos prácticos esto implicaría que se anulen los matrimonios igualitarios y a las parejas del mismo sexo se les prohíba adoptar. Señaló que la postura de su organización es que sí deben reconocerse las sociedades de convivencia entre personas del mismo sexo, pero que éstas no deben ser igualadas con el matrimonio.

 

Dabdoub teme que al reconocer el matrimonio igualitario se “extienda” la idea de que dos personas del mismo sexo tienen derecho a casarse y a formar una familia, lo cual -en su opinión- resultaría perjudicial, pues podrían crecer pensando que ello es correcto.