RÍO DE JANEIRO. El comité organizador de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro anunció hoy el recorrido de la antorcha olímpica por las 329 ciudades por las que viajará antes de llegar a la ex capital fluminense para el inicio del evento en el mítico estadio Maracaná, el 5 de agosto.

 

El viaje de la llama olímpica iniciará el 3 de mayo en Brasilia, la capital, donde comenzará un recorrido por los 27 estados del país durante 95 días, informaron los organizadores.

 

Varios medallistas brasileños de pasadas olimpiadas y paraolimpiadas, desde Sidney 2000 a Londres 2012, participarán en el relevo de la antorcha, cuyo fuego será encendido el 21 de abril en Olimpia, en Grecia, antes de iniciar un recorrido de cerca de 20 mil kilómetros.

 

El objetivo, según los organizadores, es acercar el evento olímpico al máximo número de población, teniendo en cuenta el tamaño y las distancias de un país como Brasil.

 

“Daremos a millones de personas la oportunidad de participar en la celebración que se mantendrá en sus memorias por largo tiempo. Queremos ver el orgullo de la gente en las calles, mostrar nuestra diversidad cultural, la naturaleza y los brasileños”, señaló Carlos Arthur Nuzman, presidente del comité organizador.

 

Cuando faltan 160 días para el inicio del evento, los temores a un fracaso en la organización siguen presentes, en particular por los retrasos y las obras canceladas, así como por la amenaza que supone el virus del zika.

 

La semana pasada la prensa brasileña publicó unos correos confidenciales del alcalde de Río, Eduardo Paes, dirigidos al Comité Olímpico Internacional (COI) en los que admitía que las obras para extender el metro hasta las áreas olímpicas podrían no ser concluidas a tiempo, lo que supondría un fracaso en una de las principales promesas del comité organizador: resolver el embotellamiento de autos en las vías hacia el parque olímpico.

 

Río ya renunció a limpiar y descontaminar la Bahía de Guanabara, sede de las pruebas de vela, lo que provocó críticas entre los atletas, que temen contraer enfermedades durante los entrenamientos y las pruebas olímpicas a causa de la contaminación.