La actriz Paulina Dávila coincide en que la música, el cine y la cultura unen a su natal Colombia con México desde hace décadas; y más cuando en nuestro país se viven momentos difíciles de la vida cotidiana, como pasó en su país hace más de tres décadas, en el preciso momento en que el escritor Andrés Caicedo escribió ¡Que viva la música!
En entrevista con 24 HORAS, Dávila resalta que durante el rodaje de este filme, que se basa en el libro citado, logró conocer el sentir de su pueblo en los precisos momentos en que había un ambiente donde acabaría con temas como el narcotráfico y la violencia en ciudades simbólicas como Cali.
“Es una película única y en este momento no existe una cinta así. Es una propuesta arriesgada que rompe con muchos esquemas, es una experiencia arriesgada basada en un libro icónico colombiano; la tienen que ver”, afirmó.
La protagonista del filme ¡Que viva la música!, que ya está en cartelera, explica que el rodaje fue cuidado en todos sus aspectos por la producción a cargo de Carlos Moreno, y en la fotografía por Juan Carlos Gil, hecho que provocó que recientemente obtuviera el premio a la Mejor Fotografía Iberoamericana dentro del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
La protagonista de la historia explicó que el exponerse a esta película provocará “un viaje incómodo, porque te sacude la vida, porque hay preguntas que sólo tú debes contestar, porque se desarrolla en temas como el clasismo y el sexismo”.
La actriz agregó que para prepararse para el personaje de María del Carmen tuvo retos, como entrenamientos de baile al estilo de Cali, que comprometieron jornadas de más de tres horas. “Me dio muchas oportunidades de meterme en lugares que no hubiera podido presenciar sino a través del cine. Me tocó, por ejemplo, aprender una nueva forma de bailar; de ver el mundo de una forma distinta; me ha hecho reflexionar sobre muchísimos temas sociales; crecí mucho de manera profesional y de manera personal, que estoy segura el público mexicano lo va a poder notar”, agregó.
Paulina agregó que “tuve que perfeccionar mi baile, hay que recordar que Cali es la capital de la salsa, ahí se baila de otra forma, más rápido y con un toque de barrio que lo distingue en todo el mundo”.
El filme fue rodado en Cali, en lugares variados como Jamundí y el río Pance, e incluyó 11 escenas de baile filmadas en refugios tradicionales de salsa como La Nellyteka, La Matraca, La Bodega Cubana, El Chorrito Antillano, el Balneario Piedragrande, y Lulu’s Latino.