MADRID. La Comisión Ejecutiva del COI se reunirá de martes a jueves en Lausana, Suiza, para repasar el grado de implantación de las reformas aprobadas hace 14 meses y examinar los informes de organización de los próximos Juegos Olímpicos, con especial atención a los de Río 2016, a cinco meses de la cita.

 

Mientras las instalaciones deportivas de Río se ponen a prueba con éxito en las competiciones test, el comité organizador y el COI deben hacer frente a problemas heredados y ya de difícil solución, como la contaminación de la Bahía de Guanabara, y a otros sobrevenidos, como la plaga del mosquito ‘aedes aegypti‘, transmisor del virus del zika.

 

Un asunto pendiente, de incierto final y sobre el que el COI recibirá informes de última hora es la extensión del metro de Río hasta Barra de Tijuca, donde se sitúan la mayoría de las instalaciones.

 

Mientras que la gobernación del estado de Río de Janeiro ha garantizado que las obras se concluirán a tiempo -aunque sea en julio, apenas un mes antes de los Juegos-, el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, ha admitido que hay un “riesgo elevado” de que no sea así.

 

Por si acaso, la alcaldía cuenta con un plan de contingencia que prevé el uso de carriles de autobús, dijo Paes.

 

Según el diario O Globo, Paes informó de este problema al COI para que aprobase su plan alternativo.

 

La extensión del metro a Barra de Tijuca tiene un costo de 10 mil 300 millones de reales (unos 2 mil 575 millones de dólares). Para cubrirlo, la gobernación necesita un préstamo por mil 300 millones de reales (unos 325 millones de dólares) que aún no ha desembolsado el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES, público).

 

El buen funcionamiento del transporte es un elemento fundamental para el éxito de los Juegos. Su irregular actividad en Atlanta’96 fue una de las causas del deficiente balance organizativo de aquella edición.

 

También Tokio 2020 presentará al COI sus últimas decisiones. Su plan original ha experimentado notables modificaciones, en busca del ahorro pero a costa de una mayor distancia entre las sedes.

 

Este ahorro, junto con la transparencia y el buen gobierno, es uno de los objetivos de la Agenda 2020, programa de reformas aprobado por el organismo olímpico a finales de 2014 y que ahora intenta acelerar para, de paso, dar ejemplo a las federaciones afectadas por irregularidades.

 

La federación rusa de atletismo, por ejemplo, está suspendida de funciones por su tolerancia con el dopaje y, a día de hoy, sus deportistas no podrían participar en los Juegos de Río. Otro asunto que la Ejecutiva debe resolver -en principio, siguiendo indicaciones de la IAAF- antes de agosto.

 

La Ejecutiva, que debe reunirse en esta ocasión en un hotel de Lausana, al estar en obras su sede de Vidy, concluirá el jueves con una conferencia de prensa de Thomas Bach.