La corrupción no disminuye, por el contrario crece y es ya un impuesto oculto que se cobra desde la Federación hasta los municipios. Éste sigue siendo el mayor reclamo de los empresarios en todo el país, dice el presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos Walther, quien rechaza también que los empresarios sean químicamente puros.

 

Hay buenos, regulares y malos empresarios, igual que políticos. Si alguno incurre en un acto de corrupción tiene que pagar las consecuencias; seguramente los ha habido, admite en entrevista con 24 HORAS.

 

Sobre su reciente “campaña” por todo el país para construir la unidad en torno a su candidatura para la presidencia del organismo, se refiere a la queja común de los socios de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), pero también se adelanta al proceso electoral de 2016 y afirma que la influencia del sector privado en las elecciones no es definitiva.

 

Si los candidatos son malos, “ni todo el dinero del mundo ni todos los empresarios” los ayudan a ganar elecciones, sólo los votos, asegura.

 

¿Cómo será su relación con los gobiernos federal, estatales y municipales?

 

Somos un organismo crítico que sabe señalar cuando algo está mal y también reconocer cuando hay un avance. No nos tiembla la mano para apuntar cuando vemos algo indebido y tampoco escatimamos el reconocimiento. El gobierno federal ha tenido sus claroscuros, aciertos históricos en su etapa inicial para construir las reformas estructurales. Desafortunadamente sucedió una serie de acontecimientos que han resultado en una parálisis y ahora estamos tratando de que esas bases que se construyeron en el primer tramo, logren aterrizar y lleguen de la macro a la micro economía. Ese es el gran reto.

 

¿A qué acontecimientos se refiere? ¿A la violencia, la situación económica? ¿Los escándalos de corrupción?

 

En 2014 se perdió el ritmo que se tenía en construcción de avances. Sin particularizar, los hechos de violencia estuvieron dañando el ambiente. Señaladamente, el caso Ayotzinapa y también los escándalos que se señalaron de presunta corrupción, esta combinación de factores le frenó el ritmo que traía el país y una dinámica de lograr cosas. En 2015 y en el último tramo parecería que se retomó la iniciativa. Hay signos alentadores, pero mucho por hacer.

 

¿De qué manera afectan los escándalos de corrupción del gobierno federal a la imagen del país para los inversionistas?

 

El Estado de derecho es el gran desafío para México. Si algo nos está fallando como país es esto. Tres de los grandes retos del país son la seguridad porque todavía hay rincones del país donde la seguridad es un bien escaso, donde hay empresarios que tienen miedo por su vida y ser demasiado notorios o trabajadores que no aceptan un turno nocturno porque les da miedo caminar de la estación del camión al trabajo. Eso nos quita competitividad.

 

El segundo reto es la seguridad patrimonial, la del pequeño empresario que sube su mercancía en un camión y tiene la zozobra de si va a llegar a su destino o si por algún movimiento social o por algún acto de la delincuencia va a ser privado del producto de su trabajo y no va a pasar nada. También cuando una empresa multinacional quiere llegar a invertir a un polo industrial y cuando quiere adquirir una tierra, se la tiene que comprar a tres personas con poder legítimo sobre ella; eso es imposible explicar en el entorno internacional y aquí nos pasa, es “kafkiano”.

 

Está la corrupción, una tragedia moral y un impuesto disfrazado, ilegal. Cuando un empresario se doblega a la extorsión de un funcionario que le pide dinero para cerrar un contrato o pagarle una factura, termina aceptando el impuesto. Este tema no ha disminuido sino que se ha multiplicado a gran escala. Está extendido desde el poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Vemos una corrupción creciente en el Judicial, es el último dique de la legalidad y se está corrompiendo.

 

¿Cuál es la proporción de empresarios que tienen que entregar este impuesto?

 

En mi recorrido por todo el país, en ninguna ciudad estuvo ausente el tema: en pequeños empresarios y grandes multinacionales, en servicios, comercio e industria que se quejaron de esta corrupción en todos los órganos de gobierno. Es una manera de operar en el país y si se nos contagia, al rato se vuelve un asunto cultural aunque nos resistamos. Hace falta más cultura de denuncia y exigencia a la autoridad.

 

¿Cuánto dinero destinan las empresas a financiar la corrupción?

 

Los cálculos son que 7% del PIB se va a la corrupción. Muchos empresarios se tuvieron que doblegar porque no les quedaba de otra. Hay funcionarios que, con un profundo desconocimiento de los márgenes reales de cada giro, les han pedido a empresarios desde 20 ó 30% de una obra o alguna factura por pagar a tiempo, simplemente. No es un tema de uno o diez funcionarios.

 

Parece que los empresarios son víctimas, pero por cada mano que pide hay una que ofrece…

 

Hay buenos, regulares y malos empresarios, igual que políticos. Si alguno incurre en un acto de corrupción tiene que pagar las consecuencias. Seguramente los ha habido, no estamos pensando que los empresarios sean químicamente puros. Nos preocupa y es nuestra percepción que se está multiplicando la extorsión: la corrupción que arrincona al empresario y se traduce en que ‘no te pago una factura que tiene 180 días si no me das un porcentaje o si no vas con mi amigo a que te lo resuelva’, es lo que nos preocupa. Eso es lo novedoso y lo más grave.

 

De los 120 mil mdp que adeudan los gobiernos estatales y municipales a empresarios de la IP; ¿qué porcentaje del pago está detenido por estas extorsiones?

 

No puedo dar un dato con ese nivel de precisión. Son dos problemas igualmente graves. El endeudamiento excesivo de los gobiernos es otro gran problema, se están sobregirando y no pueden pagar porque van más allá de sus capacidades reales. Probablemente abajo de eso también haya corrupción porque están comprando parte de sus insumos a tres pesos lo que vale un peso, eso hace que el recurso público -de por sí escaso- no alcance.

 

¿En qué ámbito están más presentes estas extorsiones, en el municipal, estatal o federal?

 

Cada caso de corrupción es una tragedia y debe ser perseguido. Ningún ámbito escapa. Donde es más sencillo identificarlo, porque está más expuesto, es en los gobiernos federal y estatales pero conforme pasamos a niveles inferiores de la administración hay menos controles, menos vigilancia de lo que ocurre. Ese es un caldo de cultivo propicio de la corrupción.

¿Qué tan seguido ocurre que los empresarios busquen armarse y defenderse del crimen organizado ante la inacción de las autoridades, como pasó en Guerrero?

 

Nosotros apostamos por el Estado de derecho, porque las autoridades hagan su trabajo en todo el país. Yo no veo que en regiones amplias del país haya un fenómeno generalizado de que los empresarios se estén armando o capacitando a sus trabajadores, si algún caso existe deben ser excepciones. Sí es un hecho que no hay un ambiente de seguridad pleno como para que sea innecesario tener un guardia cuidando cada estacionamiento, mercado o fraccionamiento. Ese es el reto.

 

Se ha señalado que en Monterrey fueron los empresarios quienes apoyaron a “El Bronco” (Jaime Rodríguez Calderón) después de que Ildefonso Guajardo no fue nominado como candidato a la gubernatura por el PRI. ¿Serán los empresarios un factor determinante en las próximas elecciones?

 

No fueron los empresarios quienes hicieron ganar a un candidato independiente porque las elecciones se ganan con votos y los empresarios, en números absolutos, no son tantos

 

Sí, pero la “lana” pesa bastante, ¿no?

 

En el caso de Nuevo León, como seguramente veremos en otros estados, hay un descrédito de la política y eso lo que ha ocasionado es que debido a los malos gobiernos, los ciudadanos no han encontrado en los partidos políticos una respuesta que les genere esperanza y confianza. Es sano que existan candidaturas independientes, que haya más en el futuro y ganen elecciones pero también creemos en el régimen de partidos.

 

Nuestra apuesta a mediano y largo plazo es que tengamos mejores partidos políticos, no nos imaginamos un sistema político dominado por independientes ni sería lo más conveniente para el país. Las candidaturas independientes están llamadas a jugar un rol muy importante en refrescar a la política. Pero sin una buena propuesta, ni todo el dinero del mundo, ni todos los empresarios del país hacen ganar a un candidato, ¿eh?… y qué bueno.