Ruta: Villahermosa a Comalcalco o La Ruta del Cacao
Duración: Dos noches
Coche sugerido: Discovery Sport de Land Rover
Objetivo
En México hay un Edén escondido para muchos, un Edén azul y verde repleto de agua y vegetación, un enorme jardín con sabores exóticos, con olor a Cacao y humedad. En medio de este desconocido paraíso nace uno de los sabores que han enamorado al planeta entero durante siglos: el del Chocolate. Adentrarse en sus orígenes y aprender a elaborarlo es una experiencia que sólo el viajero más exquisito sabrá degustar.
Punto de salida
“Villahermosa, entre ríos”. Si bien, esta capital se ha desarrollado más en la industria petrolera, cada vez son más los movimientos culturales, gastronómicos y turísticos que se cocinan en Villahermosa. Entre canales y ríos se teje esta ciudad que envuelve a uno de los secretos mejor guardados de la gastronomía mexicana. Aquí, en los mercados y cocinas, no sólo se preparan ingredientes exóticos y endémicos del Edén mexicano, sino, además, se han cultivado prestigiados chefs.
No debes perderte una visita al Parque Museo La Venta, un pedazo de selva en medio de la ciudad, donde se encuentran algunas replicas y restos originales de la Ciudad Sagrada Olmeca. Con su debida proporción, si el origen de las piedras de Stonehenge en Reino Unido causan fascinación, no será cosa menor descubrir los enormes prismas basálticos de 2 mil 500 años de antigüedad que esta civilización trajo desde el centro del país, cruzando los humedales de la región, sin medios de transporte o de carga. Todo esto está junto a un malecón y a un zoológico que será mejor que no descubra algún activista.
La cocina de “Villa”, como la nombran los locales, te cautivará. No puedes dejar de visitar la zona de City Center, donde se encuentra Gourmet MX de la fuera-de-serie chef Gaby Ruiz, el Tierra Criolla de Ernesto Aguilera y todo un corredor con opciones gastronómicas. También disfrutaras de la Fisheria de Aquiles Chávez, la jangada y el retro el Reyna.
Si tienes oportunidad, no dejes de hospedarte en el Quinte Real, un hotel museo que aloja piezas de arte como un piano de cola austriaco de 1850, un vitral de Tabasco rescatado del terremoto de 1985 en la Ciudad de México, un escrito de Carlos Pellicer y varias obras más en medio de una arquitectura tropical con gusto exquisito.
Además, esta ciudad, con todas las comodidades y un aeropuerto internacional, será el ancla perfecta para todas las rutas del Edén mexicano.
Primer parada
“Las Haciendas de Cacao”. Probablemente muchos no encuentren respuesta fácil a la pregunta ¿De dónde viene el Chocolate? Es triste, pero pocas personas saben que el Cacao es mexicano, la forma artesanal en que se produce y la enorme diferencia que hay entre un Cacao orgánico y esa mezcla de ingredientes artificiales que algunos llaman Chocolate. Les aseguro que después de una visita a la Ruta tabasqueña del Cacao, aprenderán a discriminar entre un chocolate y otro.
La experiencia de adentrarse a la húmeda planicie donde se cosecha este fruto, aprender el proceso de cultivo, ser parte de un ritual, probar la fresca y dulce pulpa del Cacao llamada Mucilago, aprender cómo se secan y se tuestan las semillas hasta obtener la manteca del Cacao y, entonces, aventurarse a preparar un Chocolate con azúcar, canela y vainilla natural de la región, es una experiencia increíble.
Recomendamos iniciar la Ruta en el Museo Interactivo del Cacao DRUPA, posteriormente visitar la Zona Arqueológica de Comalcalco, hacer una parada gourmet en el Restaurante Cocina Chontal, continuar con una visita a la Hacienda Cacaotera de La Luz y terminar en la Hacienda Jesús María.
Segunda parada
“El Paraíso del Edén”. La segunda parada se encuentra a pocos kilómetros de Comalcalco, en la zona de Paraíso, donde la laguna homónima conecta con el Golfo de México y los sabores del ostión fresco, el cangrejo azul y el pescado acompañan un paisaje de agua y vegetación exuberante. Encontrarás diversos muelles donde rentar una embarcación y restaurantes a la orilla de la laguna con comida fresca de mar.
La última y nos vamos
“La Reserva de los tres Ríos”. Cuarenta minutos hacia el noreste de Villahermosa se encuentra la zona de Pantanos de Centla, un pedazo de Reserva de la Biosfera con una vegetación y fauna impresionantes. Te sentirás como cruzando el Amazonas o los pantanos de Louisiana a bordo de una panga, cruzando entre distintas especies de aves, cocodrilos y mangles, hasta desembocar en el sitio donde convergen tres importantísimos ríos, el Grijalva, el Usumacinta y el San Pedrito.
Justo en este cruce podrás visitar la Casa del Agua, un museo sobre el río donde, en cabañas conectadas por puentes de madera de Coco, aprenderás mucho sobre esta importante Reserva Ecológica. Además, podrás convivir con monos saraguatos, cocodrilos y otras especies, o subir a un mirador de 25 metros de altura.