Rusia denunció hoy un ataque de artillería contra un grupo de periodistas extranjeros que realizaba un recorrido por la localidad de Kessab, en la norteña provincia siria de Latakia, cerca de la frontera turca.

 

El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, general mayor Igor Konashenkov, precisó que al menos ocho proyectiles lanzados desde la frontera turca cayeron a una distancia de entre 150 y 400 metros de donde se encontraban los periodistas, que sufrieron leves heridas.

 

Al menos 33 periodistas de Rusia, Bulgaria, Canadá, China, Estados Unidos, Alemania y Grecia fueron atacados con artillería cuando realizaban un viaje de prensa por la localidad de Kessab, en Latakia, reportó la agencia rusa de noticias Sputnik.

 

“Como resultado, varios periodistas -de Bulgaria, Canadá y China- sufrieron ligeras lesiones”, según Konashenkov, quien destacó que el ataque fue lanzado desde la localidad de Dama, en las afueras de Idlib, en la frontera con Turquía.

 

El ataque, atribuido por los militares sirios a los terroristas del Frente al Nusra (rama de Al Qaeda en Siria), se produjo durante una visita de los periodistas a las localidades sirias que se unieron al acuerdo del alto al fuego.

 

Explicó que la agresión tuvo lugar durante un viaje de prensa a zonas pobladas de localidades que han aceptado el acuerdo de alto el fuego, con el objetivo de observar el retorno de civiles a sus hogares.

 

A pesar de este ataque y otros que posiblemente seguirán, el presidente sirio, Bashar al Assad, afirmó que mantendrán la tregua, que entró en vigor el sábado pasado, aunque reconoció que todo tiene “su límite” y que el éxito depende del otro lado.

 

En entrevista a una televisión pública alemana, Al Assad comentó que los terroristas han violado el cese a las hostilidades, desde el primer momento, sin embargo sus fuerzas han renunciado a responder, para mantener abierta la esperanza de que el acuerdo sobreviva.

 

El pasado 27 de febrero en Siria entró en vigor un alto al fuego, propuesto por Estados Unidos y Rusia, un pacto que no incluye a las organizaciones declaradas terroristas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, como el Estado Islámico (EI) y el Frente al Nusra.

 

El objetivo principal del cese de hostilidades es detener el derramamiento de sangre en Siria, donde más de 270 mil personas han muerto desde que comenzó el conflicto en marzo de 2011, según cifras del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).