WASHINGTON. El continente americano ya tiene más de 134 mil casos del virus del Zika sospechosos y 2 mil 765 confirmados, la mayoría en Latinoamérica y el Caribe, informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aunque consideró que estos datos son conservadores, ya que el 80% de los infectados no tienen síntomas.
El rápido avance del virus, lo desconocida que es la infección y la posibilidad cada vez más fuerte de que cause microcefalia (bebés con la cabeza de un tamaño menor de lo normal) y síndrome Guillain-Barré (un trastorno neurológico) fueron los asuntos centrales de la reunión extraordinaria sobre el zika que concluyó hoy en la sede de la OPS en Washington.
La organización reunió a 70 científicos y expertos de todo el mundo para debatir sobre las preguntas más urgentes sobre el virus y publicará próximamente un informe que servirá de agenda común a nivel internacional.
“Lo más importante en este momento es averiguar sobre la potencial asociación del virus con la microcefalia, con otras malformaciones congénitas y con el síndrome de Guillain-Barré”, explicó Marcos Espinal, el director de enfermedades contagiosas de la OPS, en rueda de prensa.
La transmisión local del virus se ha confirmado en un total de 31 países, solo Brasil y la Polinesia Francesa han reportado casos de microcefalia vinculados al zika, mientras que en seis países o territorios se ha detectado un incremento de casos de Guillain-Barré posiblemente asociado al virus: Brasil, Polinesia Francesa, El Salvador, Colombia, Venezuela y Surinam.
“Los casos reportados de zika no dan la medida de la situación, porque el 80% de las personas no tienen síntomas y, aunque los tengan, muchos no van al médico porque son demasiado leves”, señaló Espinal.
“La detección en laboratorio es una de las herramientas principales tanto para saber si un paciente tiene el virus como para que podamos elaborar buenos estudios sobre su relación con otras enfermedades después”, indicó Espinal.
La comunidad científica espera tener en los próximos tres o cuatro meses los primeros estudios que arrojen luz sobre la vinculación del zika con las malformaciones congénitas y los trastornos neurológicos, así como otras posibles complicaciones de salud asociadas al virus.