PARÍS. La seguridad es “la preocupación esencial” de la organización de la Eurocopa que Francia albergará este verano, cuando faltan cien días para el comienzo del torneo, señaló hoy el presidente del comité organizador, Jacques Lambert.
En una rueda de prensa para informar de los preparativos en el inicio simbólico de la cuenta atrás, Lambert dijo que el presupuesto destinado a medidas de seguridad ha aumentado en un 15 % después de los atentados yihadistas de los pasados enero y noviembre en París y sus alrededores.
Una media de 900 agentes se encargarán de custodiar cada partido previsto en la fase final de la Eurocopa, que se disputará en diez ciudades francesas del 10 de junio al 10 de julio, lo que supone un incremento de en torno al 30 % respecto a los efectivos desplegados normalmente en partidos de la Ligue 1 y de la Liga de Campeones.
“La seguridad es la preocupación esencial para los organizadores. (Pero) no es algo que me impida dormir; el nivel de riesgo es el que es y hay que abordarlo con sangre fría”, señaló Lambert en la conferencia de prensa.
Para quien también diseñara el Mundial de 1998 en Francia, “lo sucedido en 2015 nos ha obligado a replantearnos todo lo que habíamos hecho y a endurecer las condiciones”.
La organización será responsable de las medidas de seguridad dentro de los estadios y en los hoteles de concentración de las selecciones, mientras que el Estado se encargará de controlar el resto, en lo que Lambert bautizó como una “coproducción” entre la sociedad organizadora y las autoridades públicas.
En torno a todos los estadios habrá un doble perímetro de seguridad y desde mediados de mayo, al final de la competición nacional, se impedirá el acceso a ellos a cualquier persona que no esté provista de una acreditación especial, que solo se concede tras una verificación previa por parte de las fuerzas de seguridad.
Se han identificado también los partidos considerados “sensibles”, que no serán más de cinco en la primera fase, explicó Lambert.
Hasta el momento, la organización ha gastado 204 millones de euros sobre un presupuesto total estimado de 320 millones, con una plantilla que ahora consta de 226 empleados y que se ampliará hasta los 642 durante la celebración del torneo, apoyados por unos 6,500 voluntarios.
Está previsto que las repercusiones económicas del evento alcancen los 1,200 millones de euros, mientras que el Estado prevé ingresar 178 millones en ingresos fiscales, según los cálculos de la organización.
Lambert recordó que ya se han vendido todos los billetes puestos a disposición del público -20.000 han sido reservados para niños en situación precaria-, pero avisó de que a partir del 9 de marzo se pondrá en funcionamiento la plataforma web que permitirá la reventa oficial de entradas por parte de los compradores que no vayan a usarlas.
Dos tercios de las doce millones de peticiones de entradas -se vendieron 2.5 millones- han llegado del extranjero, algo que Lambert consideró una sorpresa, ya que sus cálculos eran que el 60 % de las demandas proviniesen de Francia.
Y el presidente de la sociedad organizadora destacó dos ejemplos: en Islandia, país que participará por primera vez en una fase final de la Eurocopa, un 8 % del total de la población ha pedido entradas; mientras que el país con un mayor número total de demandas ha sido Polonia.
“No ha habido movimientos de pánico ni devolución de billetes tras los atentados de 2015. La expectación sigue siendo muy alta”, enfatizó.
Lambert tuvo también un recuerdo para el suspendido presidente de la UEFA, el francés Michel Platini: “Michel, te esperamos y guardamos aquí tu sitio entre nosotros”, dijo, antes de criticar el “interminable vía crucis que a su juicio le están infligiendo los órganos rectores de la FIFA.