El recorte presupuestal a Pemex, que se centra principalmente en exploración de nuevos pozos petroleros y que afectará la producción de crudo no pone en riesgo su viabilidad a largo plazo, pues las reservas del hidrocarburo garantizan la producción entre 20 y 30 años.
De acuerdo con Ramsés Pech, especialista del sector energético de Caraiva y Asociados, Pemex cuenta con 405 áreas de exploración y producción que le fueron otorgadas en la Ronda Cero y que representan 12.4 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente de reservas comprobadas, que alcanzan para un mínimo de 20.5 años a un promedio de 2.5 millones de barriles diarios.
Precisó que el recorte de 46.8 mil millones de pesos a Exploración y Producción se centrará en la disminución de perforación de hasta 150 pozos nuevos de 356 que estaban planeados para este año y que compensarían a los que terminen su ciclo productivo, porque resultan más caros que los pozos en funcionamiento.
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“El costo de producción de 10 dólares en promedio de los pozos de Pemex se refiere a los campos que ya están en fase productiva, porque todo pozo que se haga nuevo cuesta un promedio de 25 a 27 dólares por barril, porque se suma el costo de producción más el costo de perforar pozos de exploración y desarrollo”, precisó.
Sin embargo, además de las reservas, la petrolera requiere concretar su transformación hacia la productividad, así como delimitar una estrategia de negocios a largo plazo que sea clara y sustente sus finanzas con perspectivas concretas, enfocadas a reducir los costos de venta, es decir lo que se gasta Pemex desde la extracción hasta la entrega del hidrocarburo.
De acuerdo con el reporte financiero de Pemex, los costos de venta se incrementaron 19% entre 2014 y 2015, al alcanzar un billón 31 mil 442 millones de pesos, mientras que los ingresos por la comercialización del crudo cayeron 26.5%.
“Pemex no deja de ser la empresa que tiene grandes reservas petroleras que la llevan a tener un buen perfil para futuro. Lo que pasa es que Pemex necesita transformarse en muchos aspectos, pues trae el bagaje de muchos años tomando malas decisiones guiadas por la política”, comentó Alfredo Álvarez, socio líder del sector energético de la consultora Ernst & Young (EY).
Por ello, expuso que la estrategia de la empresa debe encaminarse a la productividad, mediante la evaluación de la rentabilidad de las áreas de negocio de la empresa para quedarse sólo con las actividades que generen mayores ganancias, como la extracción de petróleo.
La falta de una estrategia de negocios clara para solventar la crisis de Pemex es un factor de riesgo adicional que no permite dimensionar cuánto tiempo se tardará en ser solvente y las líneas de negocio que conservará a largo plazo, comentó Miriam Grunstein, socio líder en energía de la consultora Brilliant Energy.
“Mientras no se delimite una estrategia de negocios clara y que tenga perspectivas de inversión a largo plazo, es imposible determinar si Pemex es solvente y cuándo superará esta crisis”, advirtió.