ROMA. Supervivientes de abusos sexuales cometidos por sacerdotes australianos enviaron hoy una carta al papa Francisco en la que pidieron ser recibidos antes de que dejen la capital italiana el próximo viernes.
“No queremos hacer recriminaciones por lo sucedido, queremos solamente que la Iglesia nos ayude a apoyar y salvar a muchas víctimas que todavía no han hablado y que necesitan ayuda”, dijo a los medios Paul Levey, víctima del cura Gerald Risdale, actualmente encarcelado en Australia por haber abusado sexualmente de decenas de menores.
Levey, al lado de otros supervivientes australianos de sacerdotes pederastas, se encuentra en Roma para asistir al interrogatorio del cardenal George Pell, prefecto de la secretaría de Economía del Vaticano.
Ese prelado es sospechoso de haber encubierto casos de abusos sexuales en las ciudades de Ballarat, donde fue sacerdote y Melbourne, de la que fue obispo auxiliar y arzobispo.
Pell está siendo interrogado por videoconferencia desde un hotel de Roma por la Comisión Real australiana para una Respuesta Institucional al Abuso Sexual de Menores.
Presentes en los interrogatorios, que esta madrugada se efectuaron por tercera ocasión, han estado algunas de las víctimas, cuyo viaje a Roma fue costeado a través de donaciones voluntarias.
Levey dijo que lo que quieren es un encuentro con Francisco para evitar otros suicidios de personas abusadas por sacerdotes.
“Queremos la ayuda del pontífice y de la Iglesia para que esto no vuelva a ocurrir, queremos proteger a nuestros hijos de lo que sufrimos nosotros”, señaló.
La carta, escrita a mano y firmada por el grupo de víctimas presente en Roma, fue enviada este miércoles al Papa y al cardenal Agostino Vallinio, vicario del pontífice para la diócesis de Roma.
“Somos pacíficos, no estamos aquí para combatir, pues no tenemos la fuerza, queremos solamente ayuda para nuestra comunidad y creemos que podemos hacerlo al lado de la Iglesia”, dijo Levey.