SAN JUAN. El número de muertos en el motín carcelario desatado en la madrugada del jueves en una prisión de Guyana, que fue reavivado hoy con nuevos incendios, se ha elevado a 17, según informó el ministro de Seguridad Pública, Khemraj Ramjattan.
En una conferencia de prensa transmitida por Internet, el ministro actualizó los datos disponibles, que hasta ahora apuntaban a 16 muertos, y detalló que los presos continúan amotinados -pese a que el jueves dijo que la situación estaba bajo control- y amenazan con incendiar una bombona de gas de cocina y un tanque de gasolina.
El superintendente de prisiones, Kevin Pilgrim, detalló que el motín se lleva a cabo en la prisión ubicada en Camp Street, que cuenta con capacidad de 600 reos pero que actualmente alberga a 984 prisioneros, que reclaman su puesta en libertad.
Pilgrim relató que los disturbios comenzaron en la madrugada del jueves cuando los guardias de seguridad realizaron su revisión mensual de rutina y confiscaron 19 teléfonos celulares y varias bolsas de mariguana.
Los bomberos continúan hoy las labores de extinción de incendios mientras que las autoridades intentan transferir a varios grupos de reos a otras secciones de la institución no amotinadas.
“Los prisioneros no sólo golpearon al personal de seguridad sino que los atacaron con el gas pimienta que portaba la Policía que intentaba desesperadamente mantener la situación bajo control”, relató hoy Pilgrim.
Agentes de la policía antidisturbios y soldados han sido asignados a las instalaciones de la prisión tras darse a conocer que un colectivo de reos está lanzando proyectiles, como botes de jabón, hacia personal de seguridad en las afueras del complejo.
Durante un breve intercambio con el comandante de la Policía, Clifton Hicken, los prisioneros alegaron que los guardias de seguridad dejaron morir a sus compañeros en los incendios del jueves y solicitaron la presencia de Ramjattan.
Según relató Ramjattan, que aún no ha respondido al reclamo de los confinados, informes iniciales reportan que el jueves en la madrugada varios prisioneros rompieron sus camas de madera, incendiaron algunas de ellas y se armaron con piezas de metal para atacar a los guardias de prisión que intentaron calmar los disturbios.
“Cuando comenzó el humo y el fuego, los oficiales intentaron sacarlos y los prisioneros empezaron a atacarlos”, relató uno de los guardias de seguridad de la cárcel a la prensa.
Después, al intentar trasladar a los presos a otra área, las autoridades descubrieron que otro fuego se había desatado en una nueva zona, donde otro grupo de presos se resistió al personal de seguridad y cerraron puertas para evitar que sus compañeros pudieran escapar del humo.
Con sus actos, los prisioneros, la mayoría convicta por asesinatos, reclaman ser liberados, según explicaron las autoridades de Guyana.
El presidente de Guyana, David Granger, ha creado un comité de tres miembros para investigar las causas de lo que es considerado “el peor motín en la historia contemporánea” de Guyana.