El recorte a exploración y producción por 46.8 mil millones de pesos, así como a refinación, por poco más de 36 mil millones provocará que los estados y municipios tengan menor poder de pago para saldar su deuda con proveedores, así como los contratos bancarios y emisiones bursátiles que no estén respaldadas por el gobierno federal.
Al cierre del año anterior, la deuda total de estados y municipios se ubicó en 536 mil 269 millones de pesos, de los que 16% no estaba respaldado por el gobierno federal.
De acuerdo con la calificadora Moody’s, las participaciones petroleras representan 35% de los ingresos estatales y con ellos se paga cerca de 90% de la deuda de los gobiernos estatales y municipios.
“El impacto en la baja de recursos será principalmente fiscal, es decir que no puedan llevar a cabo sus programas de gobierno, pagar proveedores o compromisos que ya tengan adquiridos”, aunque no afectaría la deuda bancaria, pues están respaldados por participaciones federales, dijo a 24 HORAS Francisco Vázquez-Ahued, analista líder de gobiernos subsoberanos para Moody’s de México.
El endeudamiento acelerado que presentan las localidades desde 2011 es un problema adicional que amenaza las finanzas, pues a partir de esta deuda se tuvieron que recortar y aplazar proyectos de infraestructura. Lo que les queda es cortar el gasto corriente, es decir repasar el pago a proveedores, porque el gasto corriente es difícil de modificar una vez que ya se estableció, mencionó.
Tabla salvavidas
“Como resultado de los recortes a la producción, esperamos que las participaciones sean 3% menores a las previstas en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2016”, precisó la calificadora.
En caso de que se cumpla la caída, Moody’s consideró que los recursos se compensarían con el Fondo de Estabilización de Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), que tiene recursos disponibles por 39 mil millones de pesos, lo cual representa 3% de participación programada para las localidades en el Presupuesto de Egresos de la Federación para este año.
Sin embargo, esta solución sería temporal, pues “si la producción petrolera se sigue cayendo, para 2017 ya no va a haber recursos en el FEIEF, y el problema se va a quedar ahí”, comentó Fernando Vázquez-Ahued.
Una segunda solución es que los estados revisen la calidad y cantidad de los egresos para garantizar su calidad crediticia, remedio que otorgaría mayor estabilidad a largo plazo, consideró.