WASHINGTON. Un grupo de científicos descubrió que el virus del Zika infecta las células que forman la corteza cerebral e interfiere con su crecimiento, un paso importante pero que no prueba su posible vínculo con la microcefalia, según un estudio publicado hoy por la revista Cell Stem Cell.

 

La investigación muestra que el zika infecta células madre neuronales cultivadas en laboratorio equivalentes a las que forman la corteza durante el desarrollo del cerebro humano, pero no aporta respuestas sobre lo que ocurre en el feto en desarrollo.

 

“Estos hallazgos quizás tienen relación con la perturbación del desarrollo cerebral, pero es más probable que la prueba directa del vínculo entre el zika y la microcefalia aparezca en los estudios clínicos”, aclaran los autores.

 

Las células madre de la prueba se infectaron a los tres días de haber estado expuestas al virus y mostraron una gran capacidad de replicarlo, lo que podría suponer un obstáculo a la hora de aplicar un tratamiento.

 

El virus interfirió directamente con el crecimiento de las células y su funcionamiento, además de que algunas células murieron tras ser infectadas.

 

“Es significativo porque somos literalmente los primeros en el mundo en saber que el virus puede infectar estas células tan importantes e interferir con su función”, señaló en una nota Hengli Tang, uno de los autores principales y profesor de ciencia biológica en la Universidad Estatal de Florida.

 

“Estamos tratando de completar el vacío de conocimiento entre la infección y los defectos neurológicos. Este estudio es un primerísimo paso, pero responde una pregunta clave. Nos permite enfocar nuestra investigación, ahora podemos estudiar el virus, probar medicamentos y estudiar la biología del tipo correcto de célula”, agregó.

 

El tiempo en que se ha efectuado el estudio, tan solo un mes, da la medida de la urgencia con la que trabaja la comunidad científica para dar respuestas a la pregunta más acuciante sobre el zika: su posible vínculo con la microcefalia (bebés con la cabeza menor de lo normal) y el síndrome de Guillain-Barré (un trastorno neurológico).

 

“Potencialmente, esto podría explicar por qué hay un vínculo con la microcefalia, pero queda mucho trabajo por hacer para probar una relación directa causa-efecto”, subrayó Guo-Li Ming, otra de las autores principales y profesora de neurología en la Universidad Johns Hopkins.

 

El estudio también estuvo dirigido por Hongjun Song, de la Universidad Johns Hopkins, y contó con la colaboración de investigadores de la Universidad Emory.

 

El actual brote de zika, que afecta sobre todo a América Latina y al Caribe, ha obligado a los organismos y agencias de salud a reconocer lo mucho que se desconoce sobre un virus que fue descubierto en 1947 en el bosque Zika de Uganda.

 

La microcefalia es una afección en la que la cabeza es de un tamaño menor al que corresponde por sexo, edad y raza, y puede ser causada por factores genéticos y ambientales, según la descripción de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

 

Los niños con microcefalia pueden presentar problemas de desarrollo y, en general, no hay tratamiento, pero la intervención temprana puede ayudar a mejorar el desarrollo y la calidad de vida del pequeño.

 

Solo Brasil y la Polinesia Francesa han reportado casos de microcefalia presuntamente vinculados al zika, pero la Organización Panamericana de la Salud (OPS) prevé que en los próximos meses se identifiquen los primeros casos en Colombia, donde el brote se detectó en octubre.

 

En seis países o territorios se ha detectado un incremento de casos del síndrome de Guillain-Barré posiblemente asociado al virus: Brasil, Polinesia Francesa, El Salvador, Colombia, Venezuela y Surinam.

 

El posible vínculo del zika con estas enfermedades y la rapidez de su propagación hizo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el actual brote una emergencia de salud de alcance internacional.