SAO BERNARDO DO CAMPO. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, visitó hoy en su residencia a su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, un día después de que el ex mandatario fuera blanco de la mayor investigación por corrupción en la historia del país.
La jefa de Estado llegó a primera hora de la tarde al domicilio de Lula, donde fue recibida por unos 300 simpatizantes que se congregaron en las puertas del edificio, situado en el municipio de Sao Bernardo do Campo, en el área metropolitana de Sao Paulo.
Los seguidores del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Rousseff y del que Lula es uno de los fundadores, acompañaron a la presidenta entre gritos de “No habrá golpe”, en referencia a la posible apertura de un juicio político en el Congreso y que podría costarle el cargo a la jefa de Estado.
La presidenta llegó en un vehículo, con la ventana bajada, y entró en el garaje del edificio sin parar en la calle, tras lo cual salió, junto a Lula y su esposa, Marisa Leticia, para saludar a los correligionarios desde el balcón del apartamento.
Desde allí, con el puño izquierdo alzado, Rousseff saludó a los simpatizantes, quienes coreaban “Lula, guerrero del pueblo brasileño” ondeando banderas y camisetas rojas.
El ex líder sindical, minutos antes, había bajado de su apartamento y salido hasta las afueras del edificio para saludar y mezclarse con los militantes, muchos de ellos que permanecieron en el lugar durante toda la noche en solidaridad con el político.
Lula fue objeto este viernes de una nueva fase de la operación que busca esclarecer el esquema de corrupción enquistado en la petrolera estatal Petrobras y que comenzó temprano en la mañana con la llegada de la Policía Federal a la casa del exmandatario, que fue llevado a una comisaría para declarar durante más de tres horas.
El ex gobernante dijo después que se había sentido “prisionero” y criticó la “ofensa” que, según él, supuso el interrogatorio al que fue sometido.
Por su parte, la fiscalía aseveró que el conjunto de indicios contra el exmandatario es “bastante significativo” y que el Instituto Lula, presidido por el líder político, recibió cerca de 20 millones de reales (unos cinco millones de dólares) en donaciones de las cinco empresas más implicadas en los desvíos en Petrobras.
Rousseff visita a su mentor político antes de seguir para Porto Alegre, donde tiene su residencia particular y pasará el fin de semana sin compromisos oficiales.