WASHINGTON. El expresidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981) aseguró hoy que ya no está recibiendo tratamiento contra el cáncer, después de seis meses de radioterapia y medicamentos experimentales para combatir los cuatro tumores que tenía en el cerebro.
Carter, de 91 años, hizo el anuncio durante las clases de catequesis que imparte cada semana en una iglesia Baptista en la localidad de Plains (Georgia), su lugar de nacimiento.
“Es un tratamiento llamado inmunoterapia y, básicamente, ha eliminado los obstáculos para que mi propio sistema inmunitario pueda luchar contra el cáncer”, aseguró Carter, según la cadena de televisión NBC News.
“Es algo complicado, pero ha funcionado muy bien para mí y (la semana pasada) me hicieron una resonancia magnética durante dos horas y diez minutos y después los doctores determinaron que no necesitaba más tratamiento”, agregó.
La portavoz del Centro Carter, Deanna Congileo, confirmó en un comunicado que el expresidente ha puesto fin al tratamiento que comenzó en agosto pasado, pero “continuará haciéndose chequeos y reanudará el tratamiento si es necesario”.
Carter anunció en agosto pasado que tenía cuatro tumores en el cerebro y que se sometería a tratamientos de radioterapia junto a una serie de medicamentos experimentales con el medicamento pembrolizumab, aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) en septiembre de 2014.
En diciembre pasado, el exmandatario demócrata dijo en su iglesia bautista que los últimos exámenes médicos que le habían hecho no revelaban rastros del cáncer, pero continuó con el tratamiento hasta febrero.
A raíz de su diagnóstico de cáncer, el ganador del Premio Nobel de la Paz en 2002 se vio obligado a reducir sus actividades, aunque continuó dando clases cada domingo en la iglesia de Plains.
El optimismo con el que encaró su diagnóstico y la ternura con la que describió el apoyo de su familia le valieron muchos nuevos seguidores al expresidente estadounidense, elogiado por su entereza ante la enfermedad.
Carter tiene un extenso historial familiar de esa dolencia, pues su padre y tres hermanos murieron de cáncer de páncreas y su madre tuvo cáncer de seno, que luego también hizo metástasis en el páncreas.