Gustavo Castro Soto, ambientalista mexicano y único testigo del asesinato de la activista Berta Cáceres, fue retenido en Honduras desde primera hora del domingo por una orden “de permanencia” emitida por el juzgado que lleva el caso, con el objetivo de tomarle su declaración sobre los hechos, confirmaron fuentes oficiales, pese a que su permanencia en ese país es una seria amenaza para su integridad físicas, según advierte las organizaciones Otros Mundos AC/Chiapas – Amigos de la Tierra México.
Castro Soto fue herido durante el asesinato de la líder indígena, hace tres días. Otros Mundos Chiapas advierte su preocupación por su “vida e integridad”. Una conferencia prevista para este medio día de lunes, en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Prodh, fue pospuesta debido a que continúan sin conocer con claridad “cuál es su estatus o bajo qué fundamentos sigue retenido” por las autoridades hondureñas y cuáles serán los procedimientos a seguir.
“Recordamos que Gustavo Castro es víctima, y exigimos un trato que resguarde su integridad física y psicológica, y no como un presunto más”, exigió Otros Mundos. “Gustavo está en peligro y lo que queremos es que regrese a casa cuanto antes, sano y salvo”.
Urgieron a las organizaciones y a defensores de derechos humanos a vigilar la situación ya que el mexicano fue víctima de un intento de asesinato en un país, que vive un contexto de violencia generalizada.
“Hoy domingo a las 5:00am el mexicano Gustavo Castro Soto, defensor de derechos humanos herido durante el asesinato de Berta Cáceres, fue interceptado por autoridades hondureñas en el puente migratorio del Aeropuerto Internacional de Tegucigalpa, Honduras, cuando intentaba abordar el avión que lo traería de regreso a México”, denunciaron en un comunicado conjunto las organizaciones que Castro dirige.
Castro se mantiene en la lucha contra la explotación minera en México, Honduras y otros países de América Latina.
Traslado inmediato y sin retardo
En tanto, la organización defensora de los derechos humanos Artículo 19, exigió que el activista sea trasladado a México sin retardo alguno, para emitir las declaraciones correspondientes e impedir que permanezca incomunicado y sin certeza sobre el proceso que sigue su caso.
Denuncia que su retención es ilegal y hace énfasis en la labor de los defensores de los derechos humanos, en que su labro es esencial para la creación de un Estado democrático de derecho, y que el Estado hondureño es responsable de la omisión o el daño contra la vida de cualquier víctima de violencia..
Honduras confirma retención; debe declarar como testigo
El Juzgado Primero de Letras del occidental departamento de Intibucá emitió este sábado “una medida de permanencia en el país” para Castro con el fin de que pueda “brindar declaración ante las autoridades competentes” de Honduras, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Honduras, a través de un comunicado.
Agregó que la medida ordenada por el Juzgado hondureño fue comunicada a la Embajada de México en Honduras desde el sábado.
Gustavo Castro fue herido la madrugada del pasado 3 de marzo durante el asesinato de Cáceres, líder y cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), en su casa en la occidental ciudad de La Esperanza.
Al parecer, los agresores fueron dos hombres que portaban armas de fuego, según información preliminar que ha trascendido.
La Cancillería hondureña indicó que la medida judicial también fue notificada ese mismo día al Instituto Nacional de Migración del país y, por ello, Castro fue interceptado en el aeropuerto de Tegucigalpa, en presencia de autoridades mexicanas.
Destacó que debido a que el activista “es la única persona que acompañaba” a la dirigente indígena cuando fue asesinada es “fundamental ampliar sus declaraciones para los entes operadores de justicia del Estado de Honduras, previo a su salida del país”.
Relaciones Exteriores de Honduras aseguró que Castro “mantiene todas las medidas de protección en aplicación a la Ley de Protección a Testigos en el Proceso Penal, en cumplimiento a la normativa nacional”.
Desde que la Embajada de México en Tegucigalpa “asumió la asistencia y protección consular” del activista, el ministerio “ha asegurado el acompañamiento” a la misión diplomática, añadió.
El crimen de la dirigente ambientalista ha conmocionado a la sociedad hondureña, que de nuevo exige el cese de la violencia que a diario se cobra la vida de 13 personas en el país.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, pidió al alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, acompañar la investigación sobre el crimen de la dirigente indígena y ambientalista, de acuerdo con la Cancillería.
El asesinato de Berta Cáceres “enluta a todo el pueblo hondureño”, por lo que el Estado reitera su compromiso de “esclarecer este hecho en el menor tiempo posible, para lo cual todos los mecanismos de investigación se encuentran activos, con el apoyo internacional de países como Estados Unidos”, insistió.
Sospecha de encubrimiento
Según el diario hondureño La Tribuna, investigadores de ese país centroamericano sospechan que Castro Soto estaría encubriendo al verdadero autor del asesinato de Berta Castro.
“Al parecer el sociólogo y experto en temas de energía pretendió sorprender a la policía, que le dejó salir y llegar hasta el aeropuerto Toncontín para observar su comportamiento y con quienes se relacionaba.
Fue así que lo dejaron llegar hasta el mostrador de la aerolínea donde saltó la alerta migratoria y fue retenido por migración y custodiado, por mientras fue entregado a la embajadora mexicana, Dolores Jiménez, quien ahora está a cargo de su resguardo.
Protestan afuera de la embajada de Honduras en México
Manifestantes mexicanos pidieron a las afueras de la embajada de Honduras en su país, que proteja al activista, Gustavo Castro, quien es retenido en Tegucigalpa como testigo del asesinato de la activista Berta Cáceres.
En un mitin, realizado ayer domingo, pidieron que también sea protegido y apoyado para volver a suelo mexicano, ante el peligro que representa permanecer en aquel país.