De hacer labores de mantenimiento que iban desde barrer, recoger basura y limpiar, hace ya más de 18 años, hoy en día Alma Delia García García es la Jefa Atenea, titular del Agrupamiento Femenil de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México. Aunque una lesión le costó pasar un año en la academia, la suboficial se siente orgullosa y agradecida con la vida, y sus compañeras, pues asegura que de no ser por ellas no habría llegado hasta donde se encuentra.

 

“Llevo 18 años de antigüedad en la policía capitalina, siempre he estado en el agrupamiento (femenil), he visto crecer a mis compañeras, he crecido junto con ellas. He pasado por todos los escalones: desde responsable de servicio, ascendí a gama, luego a subdirectora, y ahora como directora, y todo esto no lo hubiera logrado sin el apoyo de mis compañeras porque sola no hago las cosas, lo hacemos en conjunto cada uno de los elementos a mi cargo, somos un grupo”.

 

En entrevista con 24 HORAS, la Jefa Atenea nos compartió lo que para ella significa ser una mujer policía, y los obstáculos a los que ha tenido que enfrentarse para consolidarse como una de las mandos de este agrupamiento que lleva casi 40 años de existencia. Una lesión que le hizo repetir todo el adiestramiento policial, y las constantes agresiones que recibe de la gente en manifestaciones o situación de riesgo son algunas de las inclemencias que ha vivido, sin embargo, su convicción y amor a la camiseta la han hecho mantenerse.

Foto: Leslie Pérez | 24 HORAS

 

“Siempre quise ser policía y luché mucho por lograrlo, me costó muchísimo trabajo porque duré un año en la academia, tuve un primer curso y desafortunadamente tuve una lesión en el hombro que me impidió concluir el primer bloque para ser policía, traté de recuperarme y volví a hacer todos los exámenes para volver a entrar y hacerlo desde el principio”.

 

Aunque García García reconoció que en la actualidad todavía hay muchos tabús respecto a las capacidades de la mujer en labores que mucha gente sigue asociando sólo con los hombres, señaló que la convicción de servir y ayudar a los ciudadanos es el principal motor para ella y muchas de sus compañeras, quienes también son madres y jefas de familia.

 

“Si la gente ve mal el ser una mujer policía, es muy respetable. No todos tenemos por qué pensar igual, y a veces si no hubiera esos obstáculos no habría  retos para demostrarnos a nosotras mismas, como mujeres, que podemos hacer las cosas. En ocasiones la gente cuando te ve siendo mujer policía te ofende, te mal ve, y generan comentarios que buscan afectarnos pero al contrario, nos motiva”.

Foto: Leslie Pérez | 24 HORAS

 

Respecto a las labores de las que se encarga el agrupamiento, la jefa Atenea puntualizó que, al igual que el resto de sus compañeros, apoyan desde la protección escolar, la conducción de marchas, labores de tránsito, hasta el control de masas pues el carácter preventivo del grupo las ubica como el primer contacto ante manifestantes o situaciones que pueden tornarse hostiles.

 

Como parte de las medidas que hoy en día emplean las mujeres policías es ponerse una camisola amarilla que pretende, al ser ellas el primer contacto con la ciudadanía, mandar un mensaje de no agresión, de evitar confrontación, sin embargo, si la situación se vuelve complicada se hace uso de la “tercera línea” que es cuando entra el personal antimotines.

 

“En la policía de la Ciudad de México hay un agrupamiento de mujeres, a diferencia de otros estados donde no se da. Somos 557 mujeres quienes conformamos el agrupamiento, y tenemos funciones que van desde ayudar a la ciudadanía en cualquier tipo de evento masivo, llámese protección escolar, campamento de niños, evitar la reventa de boletos, labores de tránsito, seguridad en la estadios, equipo antimotines, conducción de masas, etc (…) Controlamos y evitamos acrecentar algún conflicto con la ciudadanía o manifestantes violentos”.