El escándalo de las últimas semanas en la #CDMX fue el ataque que sufrió Arne aus den Ruthen, city manager de la delegación Miguel Hidalgo, por unos escoltas del empresario de medios mexiquenses Raúl Libien, que iban en dos vehículos Ford Police Interceptor, placas 601ZEB y 165ZKB, y que cuestan alrededor de 514 mil pesos cada uno, según la página de la Secretaría de Finanzas de la Ciudad de México.
Son bien conocidos y padecidos por todos los que circulamos por la ciudad los desplantes y actuar casi criminal de los escoltas de figuras públicas. Bajo el argumento de “son órdenes del patrón” y porque “el señor” no quiere padecer el tráfico, los escoltas lo mismo abren paso aventando el coche, que usando estorbos y torretas, que están prohibidos.
El ataque contra Arne entraña, no sólo el desprecio a la autoridad y la repulsión a los otros si me estorban; un modo de actuar criminal en contra de quienes no forman parte de su “camada”. Los vehículos más usados por los escoltas en México son: Dodge Charger y Durango; Jeep Cherokee; Ford Police Interceptor; Chevrolet Malibu, Suburban y Tahoe.
Esperemos que este lamentable episodio abra la puerta a una verdadera regulación, que implique capacitación a los escoltas y castigos severos a sus prepotentes patrones. Lo cierto es que por el momento si te topas con un coche de guaruras, date la vuelta porque tu vida corre peligro ante la indefensión que tenemos de las autoridades.