Durante los cinco días de este año en los que la Comisión Ambiental de la Megalópolis activó la Fase de Precontingencia Ambiental en la zona metropolitana del Valle de México, los capitalinos han respirado hasta 60% más de los niveles máximos de concentraciones de contaminantes que permite la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con el Programa para Contingencias Ambientales Atmosféricas en el Distrito Federal, que publicó el gobierno local en la Gaceta Oficial el pasado 5 de febrero de 2016, las precontingencias ambientales por ozono o por partículas menores a 10 microgramos (conocidas como PM10) se activan cuando las concentraciones de este tipo de sustancias en el ambiente superan 150 puntos.
Sin embargo, el límite recomendado en las Directrices de la OMS sobre la Calidad del Aire señala que la concentración de ozono no debe superar una media de 100 microgramos por metro cúbico (mg/m3), “a raíz de pruebas concluyentes sobre la relación entre la mortalidad diaria y concentraciones de ozono inferiores”.
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El ozono a nivel del suelo se forma por la reacción a la luz solar que hacen contaminantes como el esmog o los compuestos emitidos por la industria. Los niveles de ozono se elevan en los días soleados, por eso se recomienda suspender actividades al aire libre después de las 13:00 horas, cuando el Sol está en su cénit. Ocasiona asma y enfermedades pulmonares y reduce la capacidad pulmonar.
Las partículas PM10 son una mezcla muy compleja de sustancias líquidas o sólidas que permanecen suspendidas en la atmósfera por diferentes periodos de tiempo; son los remanentes de lo que arroja al ambiente la industria, la quema de desechos, y los gases o “esmog” de los automóviles y el transporte.
Según la OMS, cuando una ciudad tiene altas concentraciones de partículas de ozono o PM10 en el aire, aumentan los índices de morbilidad a largo plazo.
“La contaminación con partículas conlleva efectos sanitarios incluso en muy bajas concentraciones; de hecho, no se ha podido identificar ningún umbral por debajo del cual no se hayan observado daños para la salud”, señalan las directrices de la OMS sobre calidad del aire y salud.
La contaminación del aire exterior e interior provoca unas 7 millones de muertes prematuras al año, lo cual representa un riesgo sanitario comparable con el daño que hace el tabaco y sólo inferior al que ocasiona la obesidad y la hipertensión.
La OMS advirtió sobre los peligros de la contaminación ambiental desde 2005, cuando modificó sus criterios y los hizo más estrictos, al pasar de 120 puntos permitidos a 100, considerando los daños a la salud.
El fin de semana, el Índice de Calidad del Aire del Sistema de Monitoreo Atmosférico reportó que las zonas noroeste y noreste del Valle de México presentaron las más altas concentraciones de ozono, con 154 y 159 unidades respectivamente. Antes, del 19 al 22 de febrero, se llegó hasta 157 puntos. Ello quiere decir que en esos cinco días la contaminación en la Ciudad sobrepasó los límites permitidos por la OMS entre 54% y 59%.