Las historias de los guardaespaldas prepotentes y sin ley no son nuevas en las colonias Roma, Condesa y Polanco, en las delegaciones Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, respectivamente, donde el personal de seguridad privada invade espacios sin ser sancionados.
Después de que 24 HORAS diera a conocer un video en el que escoltas agredieron a Jair Gómez, vecinos señalaron que este tipo de personal hace de las suyas en las zonas restauranteras, cada que se estacionan para esperar a sus jefes.
María Teresa Ruiz, de la asociación la Voz de Polanco, comentó que aunque no tiene conocimiento de si hay denuncias ante el ministerio público por agresiones de guardaespaldas, sí hay quejas recurrentes sobre su comportamiento en vía pública.
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“Siguen estacionándose en doble fila, son prepotentes, se hacen del baño en botellas y nada más las tiran. A ellos les vale”, dijo.
Recordó que en 2014, bajo la gestión de Víctor Hugo Romo, se implementó el programa llamado Guardia Polanco, en el que participaron elementos de las direcciones de Jurídico, Seguridad Ciudadana y Vía Pública, así como de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal para dar solución a los problemas derivados de la conducta inadecuada de guardias de seguridad.
Este operativo se terminó cuando Humberto Morgan reemplazó a Romo y, a la entrada de Xóchitl Gálvez, la vigilancia se enfocó hacia los franeleros y valet parking.
“Iban en bici, pasaban y todos los coches en la banqueta los movían, luego ponían unos conitos naranja y supuestamente los vecinos mandábamos Twitter y hablábamos a un teléfono cuando teníamos algún problema”, dijo.
Aunque esta zona de la delegación Miguel Hidalgo tiene presencia constante de policías para vigilar el tránsito y la aplicación de ecoParq, los uniformados “les tiene pavor” a los guaruras, al grado de que los dejan evadir los parquímetros, señaló la representante vecinal.
Por su parte, María Chávarri, de la asociación Yo Amo la Condesa, comentó que hay problemas entre los guardaespaldas y los vecinos, pues invaden las entradas a casas particulares.
“Lo hemos reportado a la delegación, a Seguridad Pública y luego nos contestan ‘bueno, es que es gente muy importante que viene a comer, son sus guaruras, tenga paciencia y tómelo con calma’”, señaló.
Una más de escoltas
A los dos casos más recientes de agresión por parte de guaruras (city manager y Vicducto Tlalpan) hay que sumarle otro ocurrido el pasado fin de semana.
El domingo un hombre recibió tres balazos en brazo, mano y muslo por parte de un escolta que así respondió cuando Juan, el afectado, le reclamó por haber golpeado el espejo de su auto con una camioneta suburban negra.
La agresión sucedió en la colonia Miguel Hidalgo de la delegación Tlalpan; la víctima fue atendida en un hospital de la delegación Benito Juárez.