WASHINGTON. Tras sus victorias en las elecciones primarias del martes, el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton marchan hacia la candidatura a la Presidencia de Estados Unidos con paso firme, pero a un ritmo muy diferente.

 

El magnate inmobiliario, repudiado por la dirección de su partido por su discurso xenófobo, ultranacionalista y provocador, se impuso en cuatro de los cinco estados en liza (Misuri, Florida, Illinois y Carolina del Norte). La única decepción de la jornada para el empresario fue la derrota en Ohio, donde venció el gobernador de ese estado, John Kasich, si bien las encuestas ya dejaban entrever ese resultado.

 

Trump acumula 661 delegados conquistados desde que comenzó el proceso de elecciones primarias y caucus (asambleas populares) el pasado 1 de febrero, algo más de la mitad de los mil 237 necesarios para alcanzar la candidatura presidencial.

 

El diario especializado The Hill, recuerda que el multimillonario tendrá que “mejorar su ritmo” a fin de alcanzar los mil 237 delegados que hace falta para evitar una Convención Nacional disputada, es decir, sin un candidato presidencial claro.

 

Ese escenario, que no tiene precedentes desde 1976 y que persigue con ahínco el aparato del Partido Republicano para desbancar a Trump, daría a los delegados libertad de voto y podría abrir las puertas a un candidato que no haya participado en las primarias. Muy consciente de esa situación, el magnate neoyorquino advirtió hoy de que habrá “disturbios” si llega a la Convención Nacional con ventaja en el número de delegados, pero el partido decide cuestionar su liderazgo en las elecciones primarias.

 

Más sosegada se presenta la contienda demócrata, donde Hillary Clinton asestó este martes un contundente revés a su contrincante, el senador autoproclamado socialista democrático Bernie Sanders, a quien venció en los cinco estados que acudieron a las urnas.

 

La ex secretaria de Estado, preferida del aparato de su partido para optar a la Casa Blanca, ha recabado ya mil 132 delegados de los dos mil 383 necesarios para conseguir la nominación presidencial, frente a los 844 de Sanders, que propugna una “revolución” política.

 

Salvo sorpresa mayúscula o un imprevisto inimaginable, Clinton lleva camino de convertirse en la primera mujer en la historia de Estados Unidos en alzarse con la candidatura presidencial de un gran partido.

 

Después de este tercer supermartes viene un paréntesis de un mes en el que habrá votaciones en una decena de estados que ya no son considerados clave como las pasadas jornadas de supermartes. Y el 19 de abril la guerra se reanuda en Nueva York, el estado en el que nació y ha vivido Trump. Es posible que, hasta que California no vote el 7 de junio, no se sepa con ciencia cierta quién es el nominado republicano. O, tal vez, haya que esperar a mediados de julio a la Convención del partido.