MIAMI. El gigante estadunidense de espectáculos marinos SeaWorld anunció hoy el fin de su programa de reproducción de orcas en cautiverio lo que dará por terminado su espectáculo, una decisión que representa un logro para defensores de animales.
El tratamiento de las orcas por parte de esta empresa había recibido fuertes críticas desde el lanzamiento del documental Black Fish (Pez Negro) en 2013, como parte de un movimiento para la liberación de las orcas.
En un comunicado, el presidente de SeaWorld, Joel Manby, dijo este jueves que su decisión obedece a que “un creciente número de personas piensa que las orcas no deben estar en cautiverio”.
“Por lo tanto, no solo dejarán de reproducirse en cautiverio –su captura está prohibida en numerosos países–, sino que ya no se organizarán espectáculos con orcas”, señaló.
Manby indicó que ninguna de las 29 orcas al cuidado en sus parques será liberada, pues afirmó que ninguno de estos mamíferos nacido en cautiverio y que ha sido devuelto al mar ha sido liberado con éxito, al no poder competir por comida, enfermedades y la amenaza humana.
SeaWorld es la principal empresa del sector con parques temáticos en Orlando (Florida) y San Diego (California).
Black Fish, un documental de CNN, relata la muerte de dos cuidadores de orcas, en Orlando y Tenerife (España), por parte de estos animales, atribuidos según los expertos citados en la película al estrés que el cautiverio provoca en estos animales.
La cinta también ofrece el relato de la captura de orcas y cómo la manada seguía al barco y se comunicaba con la cría apresada.
Otra cinta, Liberen a Willy sobre la orca Keiko, también presentó otro lado de estos complejos animales, porque el mamífero marino nunca se acostumbró a vivir en libertad y siempre buscó la presencia de los humanos.
Las orcas son animales muy sociales, que viven en familias toda su existencia y que cazan en grupo, a veces con tácticas muy sofisticadas.
La decisión de SeaWorld de terminar con el proceso de reproducción “es un cambio realmente profundo”, aseguró la directora de Black Fish, Gabriela Cowperthwaite, en declaraciones a la radio pública NPR.
En cautiverio las orcas no llevan una vida normal, pues además de estar confinadas a pequeñas piscinas, lo que limita su movimiento al estar acostumbaradas a recorrer grandes distancias, también su inteligencia se ve afectada.