ÁMSTERDAM. El consulado general de Holanda en la ciudad turca de Estambul fue cerrado hoy por “amenazas terroristas”, un día después de los atentados explosivos en un aeropuerto y metro de Bruselas, que dejaron al menos 31 muertos y 270 heridos.
“Holanda cerró este 23 de marzo su consulado general en Estambul debido a ‘amenazas terroristas’”, informó el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos en un comunicado sin dar mayores detalles de dicha advertencia.
El ministro de Asuntos Exteriores, Bert Koenders, destacó en la declaración que se ha pedido a los ciudadanos holandeses en Estambul evitar el área alrededor del consulado general hasta nuevo aviso y “mantenerse al tanto de los acontecimientos”.
“La seguridad de nuestro personal y visitantes es nuestra más alta prioridad“, subrayó Koenders, tras precisar que unas 40 personas estaban en el consulado cuando fue evacuado y que los funcionarios siguen trabajando en otros lugares seguros.
Por razones obvias, añadió el ministro del Exterior holandés, “no podemos decir más sobre la naturaleza de la amenaza y de dónde viene”, según un reporte de la cadena Dutch News.
El cierre del consulado holandés se produce un día después de los ataques terroristas en la capital belga y a cuatro de un ataque en un centro comercial de Estambul, atribuido al grupo extremista Estado Islámico (EI), el mismo que se responsabilizó de los atentado de ayer en Bruselas.
Dos explosiones sacudieron la mañana de ayer martes la zona de salidas del aeropuerto Zaventem de Bruselas y una más la estación de metro Maalbeek, cerca de las oficinas de la Unión Europea (UE), provocando la muerte de al menos 31 personas y 270 de heridos más.
El pasado sábado un atentado en Estambul mató a cinco personas e hirió a 36. Las autoridades turcas aseguran que el agresor tenía vínculos con el Estado Islámico, por lo que ha reforzado las medidas de seguridad a raíz del ataque.
El Estado Islámico surgió en 2003 como una rama de la red Al Qaeda, aunque después se separó y tomó el control de amplias zonas de Siria e Irak, en donde en junio de 2014 estableció un califato que encabeza su líder al Abu Bakr al Baghdadi.
El grupo yihadista es reconocido por los crímenes atroces que comete en nombre del Islam, como decapitaciones y lapidaciones, aunque también ha perpetrado atentados suicidas.