Isaac Castillo Luna es estudiante de noveno semestre de la carrera de sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a la que ingresó en 2008. Su imagen ha sido relacionada con grupos radicales, pero él asegura que siempre ha sido activista independiente y no de un grupo en especial, menos un “ultra” o porro, como se le identificó en algunos medios meses atrás.

 

De hecho, opina que el Auditorio Che Guevara, ubicado en la Facultad de Filosofía y Letras, relacionado con actos de narcomenudeo, debe ser devuelto a los alumnos de la UNAM.

 

Con 31 años, actualmente es jefe de la Unidad Departamental de Fomento Educativo en la delegación Cuauhtémoc, dirigida por Ricardo Monreal, labor con la que busca reconstruir el tejido social entre los habitantes en etapa escolar de la demarcación.

 

¿Sobre tu paso por el acti vismo?

 

Me empecé a juntar con activistas estudiantiles, al principio éramos activistas independientes, con nuestros propios círculos de estudios, esperábamos comprender la realidad (…) En el ánimo de hacer historia, una vez que egresé del CCH me fui a organizar con los grupos universitarios, en este caso con alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM , en donde el análisis de discusión ya es otro ; pero mi formación académica no es lo único que me mueve, me mueve formar parte de los movimientos históricos.

 

Es así como participo en otras movilizaciones. No me lo estás preguntando, pero quiero aclarar que en el tema de las fotografías que salieron en un periódico en noviembre, quiero decir que no participé en la toma de ningunas instalaciones ni de la UNAM ni de ninguna otra dependencia no gubernamental o gubernamental.

 

En esa ocasión derivado de las acciones que habíamos tenido intercambios de opiniones con todos compañeros de todos los CCH, pero particularmente del plantel Naucalpan, veíamos que la situación era muy grave, incluso como parte de una comisión habíamos platicado con las autoridades la necesidad de reforzar medidas de seguridad al interior del plantel, ya había habido muchos enfrentamientos entre grupos estudiantiles y porros.

 

Ahí se complica la situación, algún grupo de estudiantes quemó la dirección del CCH Naucalpan, la situación era muy grave. Los jóvenes hacen una marcha, en la que no participé,  y derivado de ella un grupo de jóvenes toman la dirección general, no recuerdo bien si fue en 2013 o en 2012.

 

Yo participaba en grupos políticos ya externos a la universidad, no necesariamente en grupos estudiantiles, mi participación fue cuando en esta gran alianza de los CCH convocan a la comunidad universitaria para participar en las mesas de negociación, entonces participo y efectivamente en algún momento tuve buen contacto con los estudiantes que encabezaban la toma; pero sí debo decir que es muy desafortunado que se me trate así, es más, pienso yo que es una cuestión más como de imagen, que los medios de comunicación con sus honrosas excepciones, con jóvenes que tenemos looks alternativos se nos tomen y nos digan “tú tienes rastas, vienes de barrio popular y del CCH, debes ser de los radicales”. Esta visión está más derivada de un cliché que propiamente de una prueba.

 

¿Cuántos años estuviste en el CCH Vallejo?

 

Cuatro años, después fui a la Universidad Autónoma Metropolitana a intentar hacer la carrera de ingeniería civil. Llegó un momento en el que me di cuenta que no se adecuaba a mi manera de vivir el sistema de la UAM, entonces dejé esa carrera y retorné a la UNAM, a la carrera de sociología, donde entré en 2008 y ahora estoy en el noveno semestre de la carrera.

 

¿Cómo cuadras tus actividades como estudiante y funcionario?

 

En la universidad tienes la facilidad de escoger qué materias meter y, en este caso, derivado de que tengo muchas actividades aquí en la delegación Cuauhtémoc y en mi comunidad, porque no las he dejado de hacer, solamente estoy yendo tres horas a la semana a la facultad

 

¿Es tu primer empleo en la administración pública?

 

No, hace tiempo, de 2010 a 2012, fui enlace territorial de la Procuraduría Social del DF, ahora sí que en términos coloquiales campechaneaba mis estudios con el trabajo, era cuando más efervescencia tenía de mis estudios.

 

En la Ley Orgánica de Servidores Públicos hay apartados sobre la licenciatura como requisito para algunos cargos, ¿aplica en tu caso?

 

En esta ley de la administración pública para la Unidad del Departamento Educativo se pide el bachillerato y algunos meses de experiencia en la administración pública, entonces son requisitos que cumplo.

 

Lo demás es cliché, yo creo que la sociedad se tiene que transformar y que tenemos que ver nuevas perspectivas. Decía Einstein “si quieres ver nuevas cosas pues haz nuevas cosas, el resultado de la locura es hacer lo mismo queriendo tener resultados distintos”. El hecho de que yo tenga rastas no implica que tenga o no tenga la capacidad para tener un cargo público.