Ciudadanas mexicanas que viven y trabajan en la ciudad de Bruselas, Bélgica explicaron que los atentados de ayer fueron completamente sorpresivos porque unos días antes el gobierno local había considerado bajar el nivel de alerta de seguridad, el cual se había elevado desde noviembre cuando ocurrieron los atentados de París.

 

La abogada y periodista mexicana Evelyn Acevedo -quien vive desde hace 12 años en Bruselas- relató vía telefónica a 24 HORAS que los habitantes de esta ciudad ya saben qué hacer cuando cambian los niveles de alerta sobre la seguridad y las implicaciones que ello tendrá en su vida, por lo que a pesar del incremento de policías y soldados en las calles intentan realizar sus actividades de la manera más normal posible.

 

Esta rutina se debe a que antes de los atentados del 13 de noviembre en París, Francia (que se encuentra a una distancia aproximada de 315 kilómetros y cuatro horas por carretera) la ciudad ya había incrementado su seguridad, derivado de otro ataque ocurrido en 2014 cuando una persona  abrió fuego en el Museo Judío de Bruselas, asesinando a tres más que se encontraban ahí.

 

Sin embargo a partir del arresto en Bruselas de Salah Abdeslam, sospechoso de ser uno de los autores intelectuales de los atentados yihadistas de noviembre en París, los habitantes de la ciudad esperaban que el gobierno local finalmente podría relajar las medidas de seguridad y disminuir la presencia de soldados y policías en las calles.

 

“Estábamos en el nivel 3 desde el verano de 2014, esto quiere decir que existe una potencial amenaza. Después de los atentados de París subieron la alerta a nivel cuatro durante una semana, lo que quiere decir que en cualquier momento puede haber un ataque. Se restringieron bastante las libertades, al final hicieron bastantes registros domiciliarios y volvieron a bajar la alerta al nivel 3”, comentó.

 

“Cuando detuvieron a Salah Abdeslam, el Centro Integral de Evaluación de la amenaza terrorista (CIET, en francés) decidió mantener la alerta en nivel 3. Había rumores de que se podía reducir al nivel 2 pero al final se decidió que se quedaría en el nivel 3: existía la amenaza pero no pensaban que fuera inminente”.

 

Lizeth Castro Herrera, estudiante mexicana de la UNAM de 23 años que está cursando un semestre de intercambio en Bruselas, explicó que su amiga Alejandra Plaza Limón se quedó varada varias horas en el aeropuerto de Zaventem a donde fue a dejar a otro grupo de jóvenes que pretendía viajar a Berlín, Alemania.

 

Alejandra estaba cerca de la zona de abordaje cuando ocurrió la explosión en Zaventem, por lo cual no se percató de lo que estaba pasando; ella y sus amigos (de nacionalidades china, peruana y colombiana) tuvieron que permanecer en el aeropuerto durante dos horas porque no había transporte para llegar al centro de Bruselas.

 

Hasta el momento, ninguna de las dos jóvenes había atravesado por una experiencia negativa y llevaban su vida de manera normal, tanto que ni siquiera les pesaban las medidas de seguridad correspondientes al nivel 3 de alerta, que determinó imponer el gobierno belga.

 

Hasta el momento, relató vía Skype, el ambiente que se vive en la ciudad de Bélgica es de consternación pero con la intención de regresar a la normalidad. Durante las primeras horas después de las explosiones, se saturaron las líneas de comunicación y las personas recurrieron más a las redes sociales y a los mensajes de texto para poder comunicarse con sus familiares; además de que quedó suspendido el servicio de transporte.

 

“La población está consternada por lo sucedido pero el ambiente está relativamente tranquilo. No hay transporte público y hay tres días de duelo nacional pero yo veo a la gente en la calle”, platicó y señaló que hasta el momento ninguna de las dos ha considerado regresar a México y piensan quedarse en Europa hasta julio, cuando termine su semestre.